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Bodrum: paraíso de eternos azules

Fundada sobre la antigua Halicarnaso, Bodrum se destaca como uno de los destinos balnearios más exclusivos de Turquía, justo en el punto donde se encuentran los mares Egeo y Mediterráneo. Excelente hotelería, exquisita gastronomía, bonitas playas, gran movida nocturna y múltiples opciones de compras hacen de esta ciudad costera un destino irresistible.

Justo en el punto donde se encuentran los mares Egeo y Mediterráneo despunta la bahía de Bodrum, un encantador enclave que atesora una de las ciudades balnearias más atractivas de Turquía: Bodrum.

Un extenso paseo marítimo bordeado de palmeras, el puerto deportivo repleto de yates y un impresionante castillo medieval conforman el marco de bienvenida a este “paraíso de eternos azules”, tal como fuera descripto por Homero.

Perteneciente a la provincia de Mugla, hasta principios de los 70 fue una villa de pescadores. Luego se convirtió en el centro turístico que cada verano congrega a más de 700 mil visitantes, sin perder su esencia y ambiente bohemio y relajado, características que atrajeron a poetas, cantantes y artistas.

Bonitas playas, cómodos y exclusivos hoteles, exquisita gastronomía, ruinas de antiguas civilizaciones y magníficos paisajes forman parte de la irresistible oferta del destino. Además, Bodrum es uno de los centros de ocio más destacados de Turquía, con clubes nocturnos que permanecen abiertos hasta el amanecer.

RIQUEZA HISTORICA.

Bodrum fue fundada sobre la antigua Halicarnaso -en el Asia Menor-, una de las ciudades coloniales más importantes de la región de Caria.

Halicarnaso fue la ciudad de nacimiento de Herodoto, uno de los más grandes historiadores, y allí se alzaba una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo: la tumba del rey Mausolus (siglo IV a de C), la misma que diera origen de la palabra "mausoleo".

Éste tenía un templo rodeado de 36 columnas. En la parte superior del monumento se encontraba una pirámide de 24 escalones y en la parte más alta descansaban las estatuas de mármol del rey Mausolos y de Artemisa.

Luego de las invasiones de Alejandro Magno, los bárbaros y los árabes, y de un terremoto en 1404, los Caballeros de San Juan demolieron la tumba en el siglo XIV, utilizando los restos para la construcción del Castillo San Pedro de Halicarnaso, ingresando la ciudad en un oscuro período. El castillo y su pueblo se conocieron como Petronium hasta que en 1522 fue conquistado por Solimán el Magnífico para el Imperio Otomano.

En la actualidad puede visitarse el sitio donde estuvo emplazado el mausoleo, del cual quedan algunos restos. Se accede subiendo desde la mezquita de Tepecik, en el puerto de yates.

Asimismo, es imperdible un recorrido por el castillo, un símbolo de la región. Se encuentra entre dos puertos, protegiendo la entrada a la bahía de Bodrum.

Actualmente alberga el Museo de Arqueología Submarina, con una notable colección de restos arqueológicos encontrados en la zona, que se remontan hasta la Edad de Bronce.

Se sugiere visitar principalmente las galerías “Sala de las Tortugas”, “Princesa Caria”, “Ánfora” y “Naufragio”.

Otro museo que puede visitarse en Bodrum es el del Hammam, del siglo XIX. Asimismo, es interesante el teatro de Goktepe -de la época de Mausolos-, uno de los más antiguos de Anatolia, con capacidad para 13 mil personas. Desde allí se aprecia un panorama magnífico de la bahía.

PLAYAS Y RUTA AZUL.

Entre los encantos de Bodrum sobresalen sus playas de fina arena y aguas azules, que albergan esponjas multicolores de todas las formas y tamaños, arrecifes, grutas y majestuosas formaciones rocosas, además de una gran variedad de vida acuática.

Otras alternativas para deleitarse con las bellezas de la zona son los paseos marítimos, ya sea en cruceros -que zarpan desde el centro de la ciudad-, o bien emprendiendo el encantador “Viaje Azul” a bordo de veleros de alquiler. Nadar, degustar pescados frescos en las calas, bucear y contemplar las estrellas son algunas de las actividades propuestas en una ruta clásica.

COMPRAS Y GASTRONOMIA.

Bodrum también es uno de los centros de comercio más importantes del país, de acuerdo a la influencia del turismo y la increíble variedad de los productos que ofrecen sus tiendas, bazares y mercados.

Los artículos de piel, las esponjas naturales, las alfombras, los kilims, los bordados, las originales piezas de algodón y las cuentas de vidrio forman parte de la oferta que se puede encontrar en las tiendas de sus laberínticas calles estrechas. Se destacan las sandalias de Bodrum, ligeras y elegantes, inspiradas en modelos de la antigüedad.

Luego de la playa y las compras, nada mejor que relajarse en uno de los tantos bares y restaurantes que disponen sus mesas sobre la playa. Tragos, mariscos frescos y especialidades locales son el complemento perfecto para ver caer el sol sobre la bahía.

Para la hora de la cena, dos sugerencias: las tabernas de pescado, donde se degustan productos de mar, como pulpos, calamares, bonitos, mejillones rellenos y rellenos de flor de calabaza; o bien elegantes restaurantes de gastronomía turca e internacional.

LA NOCHE DE BODRUM.

Bodrum adquirió una notable fama por su agitada vida nocturna. De hecho, es uno de los centros de ocio más importantes del mundo. La diversión comienza al anochecer y se extiende hasta la madrugada.

La calle de bares (Barlar Sokagi), la discoteca Halikarnas y Küba son los centros de diversión más concurridos del destino.

También existen otras alternativas en el puerto de yates y en sus alrededores.

TIPS PARA EL VIAJERO

Cómo llegar: con Turkish Airlines, directo a Estambul. Luego se toma otro vuelo hasta el aeropuerto de Bodrum-Milas. Bodrum también es puerto de cruceros.

Clima: domina el clima mediterráneo y generalmente es templado. La temperatura media en verano es de 30°C. El nivel de humedad no es elevado.

Moneda: lira turca.

Sugerencia: para el verano realizar reservas con anticipación, tanto de vuelos como de alojamiento, por la alta demanda.

Informes: www.goturkey.com/www.kulturturizm.gov.tr.

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