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Iberostar Grand Hotel Bávaro, la perfección del all-inclusive

Con el sello de la Grand Collection de la cadena Iberostar, este resort ostenta numerosos atributos que lo diferencian de los todo incluido convencionales. Desde sus confortables suites a una miríada de restaurantes gourmet, sin dejar de lado amplias opciones para el tiempo de ocio. Por Leandro Echeperostou

Desde mi regreso, luego de pasar unos días en el Iberostar Grand Hotel Bávaro, muchos amigos al preguntarme por el viaje complementan sus comentarios narrando sus vivencias en algún all-inclusive. Sea el destino que fuere, casi no destacan el hotel (en algunos casos ni recuerdan el nombre), solo mencionan las virtudes del célebre régimen todo incluido poniendo a la mayoría de los resorts en un plano de igualdad. La popular frase "te fuiste a un all-inclusive" pareciera ser suficiente para describir una vacación en pocas palabras, sin necesidad de agregar nada más. Justamente, esa concepción general es la que me motiva a escribir la presente nota, tratando de enumerar las razones por las cuales este resort se distingue sensiblemente del resto.

EXCLUSIVIDAD Y TRANQUILIDAD.

El Grand Bávaro forma parte de un complejo de cuatro hoteles que Iberostar posee sobre las cálidas arenas de Punta Cana, y es el único exclusivo para adultos. El solo hecho de tener la pulsera que acredita estar hospedado en el Grand, permite recorrer y usar las instalaciones, bares y restaurantes de cualquiera de los otros tres resorts. Por el contrario, quienes se alojan en ellos no pueden hacer lo mismo, ya que sólo se permite el ingreso a través de un tour diario y gratuito. Cuando uno sale a caminar por la playa enseguida nota la diferencia de haber elegido el Grand Bávaro. Los otros hoteles son hermosos, pero hay una sensación de aglutinamiento que no se experimenta en éste. En la playa hay una gran cantidad de sombrillas a un espacio más que razonable entre una y otra. Cada una tiene dos reposeras mullidas de excelente calidad, ideales para una siesta escuchando sólo el susurro del mar. En el área de piscina las sensaciones son parecidas. Incluso hay numerosos gazebos con camastros y almohadones que se pueden cerrar para lograr mayor privacidad. Otro punto a destacar es que las toallas son ilimitadas, algo cada vez menos frecuente en los all-inclusive. Hay camareros, tanto en la playa como alrededor de las piscinas, dispuestos a servir rápidamente el trago de preferencia. Incluso, cuando el calor se hace intenso, suelen acercarse con una botellita de agua bien fría sin necesidad de pedirla. También los bronceadores, con amplia variedad de factores y marcas, están disponibles para todos los huéspedes en la zona del toallero. La señal de Internet es bastante buena, llegando incluso hasta la orilla del mar, y está incluida sin costo adicional.

Lo cierto es que la experiencia VIP está latente desde que uno arriba, ya que luego de un rápido check-in, y mientras se saborea una copa de espumante, un mayordomo se presentará en la puerta de la habitación. Con eficiencia explicará el funcionamiento de algunas particularidades del cuarto, como por ejemplo, una cortina mecánica que se levanta con un botón y que permite disfrutar del jacuzzi del baño mientras se contempla el paisaje. Además, el mayordomo tomará nota de las preferencias del huésped, que pueden ir desde una botella de su bebida favorita hasta un horario específico para que el jacuzzi esté lleno de agua tibia y pétalos de rosas. El servicio de limpieza de la habitación es impecable, e incluye apertura de la cama por la noche. Entre otros detalles no quiero dejar de mencionar la existencia de un menú de almohadas y los magníficos arreglos florares.

INSTALACIONES.

El hotel posee detalles de lujo por donde uno busque. Su diseño, inspirado en la arquitectura greco-romana, tiene una forma de herradura que evita tener que realizar largas caminatas para ir de un sitio a otro. Todos los restaurantes se encuentran a la derecha de una amplia calle que pareciera terminar en el mar. A la izquierda, un lago con un imponente galeón amarrado que por las noches se transforma en bar genera la sensación de no estar dentro de un resort, sino recorriendo alguna rambla o costanera. En lo que a piscinas se refiere, cuenta con tres, una de ellas con aqua-bar para disfrutar de una piña colada sin sufrir el calor. Además hay un par de amplios jacuzzis con agua más templada.

Cabe destacar que el hotel tiene un spa de dos plantas, donde se pueden contratar desde tratamientos para parejas hasta masajes en la playa, o bien, disfrutar de los baños turcos para combatir el estrés. Contiguo al mismo, se encuentra un moderno gimnasio con vista al mar, con actividades programadas como spinning o tai chi.

GASTRONOMIA.

Este es uno de los puntos más fuertes, tanto por calidad como por cantidad. El desayuno es fastuoso, con estaciones de omelettes, variedad de yogures, panificados, waffles, jugos de frutas naturales, pescados ahumados, selecciones de quesos de todo el mundo y jamón ibérico cortado a cuchillo por un experto. Si bien el sistema es buffet, también existe una carta para quienes prefieren un trato más personalizado pudiendo elegir entre selectas alternativas. Vale la pena probar los blinis de langosta con corona de caviar.

Al mediodía las opciones son dos: almorzar en el restaurante de la playa, o bien regresar al mismo lugar donde se desayuna. La duda pasa por disfrutar del aire acondicionado del comedor principal, o privilegiar la fantástica vista al mar. Lo ideal quizás sea alternarlos. O combinarlos, ya que la opción de la playa continúa abierta hasta las 17 con snacks. El plato con más fanáticos es la langosta a la parrilla aunque el atún rojo a la plancha es bastante codiciado. Si antes de la cena el huésped quisiera comer algo, la carta del room service es muy tentadora, con productos de gran calidad como el salmón ahumado de Noruega. Ya por la noche se puede visitar el buffet temático que cambia todos los días –imperdible el internacional con estación de mariscos– o alguno de los restaurantes que requieren reservas. Las mismas son realizadas por el mayordomo. Mi consejo es probarlos todos, al menos una vez. En el italiano La Tentazione preparan un risotto de langosta épico. En El Galeón, también conocido como "Mar y Tierra", si bien se destacan las carnes, la selección de mariscos Grand Bavaro es increíble e incluye muelas de cangrejo, langostinos jumbo y patas de cangrejo de Alaska. Le Tourbillon es quizás el más aristocrático con platos verdaderamente gourmet como pato confitado. Inaugurado hace un año, La Casa de la Playa es a mi juicio el más innovador, ofreciendo lubina a la sal, ensalada de pulpo, tartar de salmón y un inolvidable bife de kobe que se deshace en la boca. Finalmente, el japonés Hashira permite saborear un Teppanyaki de langosta mientras se observa un original show realizado por el propio chef con los productos que va utilizando al cocinar.

Las bebidas merecen un capítulo aparte. En los restaurantes hay una carta de vinos muy completa con tintos, blancos, rosados y espumantes de todo el mundo que se encuentran incluidos. Hay varietales jóvenes y algunos reservas. Pero es en los bares donde el Iberostar Grand Hotel Bávaro se diferencia profundamente de otras alternativas de alojamiento all-inclusive. Vodka Grey Goose, cognac Remy Martin VSOP, brandy Torres 10, whisky Chivas Regal, ron Barceló Imperial, gin Bombay y tequila Don Julio Reposado son sólo algunas de las opciones de bebidas blancas. La variedad de licores y espirituosas es interminable, pero no querría dejar de mencionar a Grand Marnier, Cointreau, Frangelico, Drambuie y Baileys. También hay una carta de cervezas que incluye botellas de todo el mundo, aunque la Corona suele ser la más pedida. Para los amantes de la cafetería, hay una carta especial con diferentes propuestas. Y el menú de tragos ofrece además, algunas alternativas sin alcohol. En síntesis, si de comer y beber se trata creo que el Iberostar Grand Hotel Bávaro es un paraíso donde absolutamente todos los huéspedes serán recompensados.

ENTRETENIMIENTO.

El equipo de animación es eficiente y respetuoso. Desde la mañana hay diversas actividades como clases de baile, ping-pong, juegos de piscina, bingo y tiro con arco y flecha. Quienes las llevan adelante son amables y no cometen el error de insistir en exceso para que los turistas participen, algo fundamental para aquellos que solo buscan descanso. Al caer el sol, siempre hay algún músico tocando, ya sea en el lobby bar o en el galeón amarrado. Todas las noches, en un magnífico teatro climatizado se presenta un show en vivo de gran jerarquía. En una estadía de siete días podrán disfrutar de orquestas, bailarines, espectáculos circenses y de magia. Siempre acompañados de sus bebidas preferidas y sentados en cómodos sillones. Después del espectáculo, hay noches de karaoke para aquellos que posean –o no– el don de entonar bellas canciones. Finalmente, quienes todavía tengan energías podrán asistir a la disco del complejo, jugar al pool o bien, saborear un rico habano en el cigar bar.

Si bien estas líneas apenas alcancen para dar una idea del nivel de servicio, calidad y lujo del hotel espero que hayan sido suficientes para entender por qué cuando me preguntan si fui a un all-inclusive prefiero contestar que fui al Iberostar Grand Hotel Bávaro.

 

FICHA TÉCNICA

Ubicación: Carretera Arena Gorda - Bávaro, Higuey - República Dominicana.

Habitaciones: 272 suites, incluyendo 12 grand suites a la orilla del mar, 19 suites con acceso directo desde la terraza a la piscina y 241 suites con vista al mar o al jardín.

Restaurantes: Bella Vista Buffet, La Tentazione, El Galeón, Le Tourbillon, Casa de la Playa y Hashira.

Facilidades: tres piscinas (dos piscinas-lago, una con aqua-bar, otra de actividades, además de dos jacuzzis al aire libre); gimnasio completo con actividades programadas (tai chi, spinning, tiro al blanco, tiro con arco, voley de playa, clases de baile, dardos, aeróbic, ping-pong, tenis y waterpolo); deportes acuáticos (catamaranes, esnorquel y clases de navegación o iniciación al buceo en la piscina, excursiones en barco, parasailing, ski acuático y windsurf); Club Iberostar Bávaro Golf con 18 hoyos diseñado por P. B. Dye.

Eventos: 422 m2 repartidos en dos salones que suman capacidad para recibir hasta 178 personas.

Informes: www.thegrandcollection.com/hoteles/punta-cana/iberostar-grand-hotel-bavaro.

 

 

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