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El toque francés

Esta isla de las Antillas Menores ofrece una serie de magníficas playas de arenas blancas y también atractivas costas volcánicas. Su notoria impronta francesa constituye un punto de distinción al momento de elegirla.

En las Antillas Menores, dentro del grupo de las islas de Barlovento, existe un pequeño territorio que combina todo el placer del Caribe con el prestigiado toque francés. Justamente, Martinica pertenece a Francia desde 1635.

Ubicada al sur de Dominica y al norte de St. Lucia, su geografía es de origen volcánico, con el monte Pelée –una formación aún en actividad– como su punto más alto, a 1.397 msnm. Esto dota a su costa norte de playas de arenas negras, aunque también hay muchas otras de espléndido blancor en el sur. Además, la isla cuenta con más de 90 sitios para bucear, siempre en aguas templadas, cuya temperatura oscila entre los 27ºC y 30ºC.

Las destilerías de ron, la gastronomía créole, el Jardín de Balata, las áreas naturales protegidas y el legado de ciudad capital Fort-de-France son algunos de los excelentes complementos del sol y playa.

EL SUR DE LA ISLA.

El sur de Martinica constituye la región más desarrollada turísticamente, con muy buena hotelería y donde las playas se reconocen por sus “Anses” (ensenadas). Al este de la región de Sainte-Anne podemos comenzar por Anse Michel, de aguas cristalinas y poco profundas, muy apreciada por las familias. A poca distancia se encuentra el islote Chevalier, un pequeño paraíso frente al Atlántico protegido por una barrera de coral, al cual se accede en barco.

En el extremo austral está la playa de Salines, muchas veces citada como la más hermosa de Martinica, con una costa de arena blanca flanqueada por cocoteros; a lo que se suma Grande Anse des Salines, que se extiende por un kilómetro e incluye una zona boscosa protegida.

Como ejemplo de su excelencia en playas, cabe destacar que en Sainte-Anne se encuentra el Club Med Les Boucaniers, el único de la red en el destino.

Ya en la zona de Anses d’Arlet, el epicentro es la localidad de Trois-Îlets, donde se centra la hotelería. La tranquila cala de Anse Noire tiene un atractivo particular, al ser la única playa de arena negra de la región; mientras que, cromáticamente opuesta, Anse Dufour presenta arenas doradas que brindan reposo a locales y turistas por igual. Ambas costas cuenta con una rica fauna marina, ideal para las actividades subacuáticas.

Pero si se busca un ambiente algo más animado, mejor es recalar en Grande Anse d’Arlet, una playa muy frecuentada los fines de semana, punto de anclaje de numerosas embarcaciones y donde las terrazas de los bares se atestan para admirar las magníficas puestas del sol.

En Anses d’Arlet también vale la pena visitar alguno de los tantos pueblitos de pescadores.

EL NORTE.

La parte norte de Martinica es conocida por sus playas ideales para el surf, especialmente en la costa de cara al Atlántico. Además, los paseos en kayak son una gran manera de descubrir la rica naturaleza local, explorando islotes únicos entre exuberantes manglares. Asimismo, aquí es posible nadar con delfines.

Entre las playas más destacadas está Anse Coulevre, a los pies de grandes acantilados y cubierta por una abundante vegetación. Se trata de un enclave prístino, de arenas grises y finas, donde no hay que dejar de llevar una máscara de esnórquel para admirar el efervescente lecho submarino.

TIPS PARA EL VIAJERO

Ubicación: en las islas de Barlovento, dentro de las Antillas Menores del Caribe, entre Dominica y St. Lucia.

Atributos: las playas y ensenadas son diversas, con aguas tranquilas en el sur, y costas volcánicas e ideales para las actividades acuáticas en el norte. Hay más de 90 puntos para bucear.

Complemento: el ron es la bebida típica de Martinica y se pueden visitar sus destilerías. Otros atractivos son la montaña Pelée, el Jardín de Balata y la capital, Fort-de-France.

Informes: www.martinica-turismo.com.

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