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10 playas para conocer una vez en la vida

…Y que no son de las más conocidas para el viajero local. Dignas de postales, responden perfectamente a la acepción de “paraísos” que merecen ser visitados alguna vez en la vida o, al menos, soñar con ellos. Estas son las 10 playas que la Revista Viajando recomienda a sus lectores.

1- Aruba.

Bajo el eterno sol del Caribe, lejos de las lluvias y los huracanes, Aruba invita a extensas jornadas en la playa, aunque matizadas con paseos para explorar sus dunas, geografía desértica, cuevas y áreas naturales.

Recostada en el Caribe sur, a 25 km. de la costa venezolana, predomina en ella una geografía árida, jalonada por cactus y aloe. Una buena idea es tomar un tour en un vehículo 4X4, bicicleta, caballo, cuatriciclo, segway o Harley Davidson.

El sitio imprescindible para este tipo de turista, explorador y aventurero, es el Parque Nacional Arikok, en el centro de la isla. Sus senderos se abren paso entre los árboles divi divi, cactus exóticos y flores tropicales.

La isla atesora 17 balnearios. Algunas como Arashi Beach y Baby Beach brindan buenas condiciones para practicar esnórquel. Otras como Palm Beach o Druif Beach conservan la atmósfera de destino turístico, ya que allí se levantan varios resorts. Pero una de las más populares es Eagle Beach, epicentro de los deportes náuticos.

Una playa retirada para disfrutar de la vida submarina es Mangel Halto, ya que la envuelve un arrecife. Mientras que Boca Grandi es perfecta para los surfistas por sus vientos constantes.

2- Cayman Islands.

Las tres islas hermanas –Grand Cayman, Cayman Brac y Little Cayman– despliegan todo el encanto del Caribe profundo. Pero tienen mucho más para ofrecer tanto en sitios naturales, fauna y entretenimiento, como en propuestas al más alto nivel que apuntan a un público selecto.

Ubicado a menos de una hora de vuelo de Miami, este pequeño territorio británico de ultramar invita a disfrutar de varias alternativas, la mayoría en Grand Cayman. Una de las excursiones más requeridas es Stingray City, que consiste en navegar hasta llegar a un claro en el medio del mar, es decir, a un banco de arena donde llegan las rayas en busca de alimento. Los viajeros, entonces, descienden del barco y les dan de comer a estos ejemplares.

Si hablamos de fauna, en el Queen Elizabeth II Botanic Park encontramos a las iguanas azules que están en peligro de extinción. Mientras que The Cayman Turtle Farm es morada de las tortugas marinas, de todos los tamaños y de varias especies.

Un párrafo aparte para las playas: hay muchas, algunas solitarias, otras populares, anchas y angostas, con oleaje o tipo piscinas. Pero la más famosa es Seven Mile Beach, en la costa oeste, y donde se levantan la mayoría de los hoteles.

3- Guadalupe.

Poblada de granjas y casas construidas al estilo de Normandía en Francia, Guadalupe está bordeada de innumerables playas de arena blanca y un mar de tonalidades turquesas. Este recinto está conformada por cinco islas: Basse-Terre, Grande-Terre, La Désirade, Les Saintes y Marie-Galante.

En Basse-Terre, cerca del volcán de La Soufrière y del Parque Nacional de las Islas de Guadalupe, las Cataratas del Carbet, la Reserva Natural de Grand Cul de Sac Marin, el Templo hindú de Changuy, el Jardín botánico con parque floral y de animales, y el Museo del Ron, son los sitios más destacados.

Mayormente cubierta de cultivos de cañas de azúcar, en Grande-Terre sobresalen sus playas y lagunas de agua turquesa para la práctica del surf. Los amantes del deporte también pueden saltar en paracaídas o practicar golf en San Francisco.

La Désirade y Las Saintes ofrecen la posibilidad de desconectarse del mundo cotidiano con sus espacios solitarios y vírgenes.

De forma redonda y con el aroma del azúcar sobrevolando el ambiente, Marie-Galante es conocida por su ron, la gastronomía criolla y la vegetación.

4-Islas Vírgenes Británicas.

Las Islas Vírgenes Británicas (BVI según sus siglas en inglés) ocupan un territorio ubicado en las aguas del Caribe, al este de Puerto Rico, que albergan pequeños secretos de la naturaleza en sus corales, colinas y arrecifes. Solo 20 de las 60 islas de este archipiélago están habitadas, entre las que se destacan Virgen Gorda, Jost Van Dyke, Tórtola y Anegada.

Además de los vientos alisios y la tranquilidad de sus aguas, las principales islas están muy cerca entre sí, por lo cual es posible desayunar en un lugar, almorzar en otro, seguir navegando por la tarde y culminar el día en cualquier otra.

En ese sentido, varias empresas ofrecen barcos en alquiler con o sin tripulación. En este último caso, los huéspedes eligen desde la comida hasta el itinerario. La consigna es no quedarse en un mismo lugar.

Tórtola es la capital del archipiélago y la que alberga el aeropuerto, los principales restaurantes y parte de la movida nocturna.

Por su parte, Virgin Gorda invita a hacer esnórquel en The Baths, un laberinto de formaciones rocosas y grutas de características únicas.

En tanto, Anegada es la única isla de coral, ya que las demás son de origen volcánico. Esto implica que sus condiciones son óptimas para el buceo y el esnórquel.

Por último, Jost Van Dyke es un destino detenido en el tiempo que dispone de varios bares para relajarse por las tardes.

5- Curazao.

Bien conocido por sus espectaculares playas de arena blanca y mar de tonalidad azul turquesa, este destino de raíz holandesa ofrece una visión de la historia y arquitectura al calor caribeño como pocos lo hacen.

Al llegar a Willemstad, el visitante queda fascinado por esta imagen: barrios que conservan intacto el estilo del siglo XVIII, hileras de construcciones coloniales pintadas con los colores del arco iris y agradables espacios en las zonas de Punda y Otrabanda.

Más allá de Willemstad, Curazao ofrece un sinfín de recorridos tanto para los turistas que gozan de la tranquilidad como para aquellos amantes de la adrenalina. La isla se puede visitar realizando caminatas ecológicas, cabalgatas o a bordo de barcos, veleros, jeeps, autos alquilados, motos, bicicletas e incluso, en helicóptero.

Los veleros les brindan a los turistas la oportunidad de hacer esnórquel, buceo y visitas a diversas playas. Así mismo, un servicio especializado organiza safaris en jeep que recorren la parte rocosa de la isla. Además, caminos asfaltados muy bien señalizados están disponibles para los ciclistas amantes del montañismo.

6- Jamaica.

A más de 650 km. del continente, en el Caribe más profundo se recuesta una isla con una mística especial. Jamaica despliega mucho más que bellas playas: una geografía pródiga en paisajes, sabores autóctonos y mucho reggae bajo la eterna figura de Bob Marley.

En Jamaica también es posible nadar con delfines, una actividad apta para todo público. En la ensenada de Dolphin Cove hay varias alternativas, desde disfrutar de ellos en aguas poco profundas, hasta nadar con dos delfines entrenados.

El Parque Nacional de las Montañas Azules es morada del pico más alto del país, con 2.256 m., enmarcado por un bosque tropical de un verde intenso. Un paseo en bicicleta es una excelente forma de abordar estos escenarios y también conocer alguna granja de café.

Otra alternativa para experimentar es el rafting, pero no a la usanza tradicional, con un bote inflable, sino en balsa de bambú en el río Martha Brae.

Un viaje a Jamaica debe incluir necesariamente la visita en Kingston al Museo de Bob Marley, ubicado en el sitio que fuera la casa natal del legendario músico. Además de este lugar, los visitantes pueden realizar un tour al Museo de la Música de Jamaica, conocer la tienda de discos de Rockers International y tener una experiencia de primera mano en el estudio de Dynamic Sounds.

7- Martinica.

En las Antillas Menores, dentro del grupo de las islas de Barlovento, existe un pequeño territorio que combina todo el placer del Caribe con el prestigiado toque francés. Justamente, Martinica pertenece a Francia desde 1635.

Ubicada al sur de Dominica y al norte de ST. Lucia, su geografía es de origen volcánico, con el monte Pelée –una formación aún en actividad– como su punto más alto, a 1.397 msnm. Esto dota a su costa norte de playas de arenas negras, aunque también hay muchas otras de espléndido blancor en el sur. Además, la isla cuenta con más de 90 sitios para bucear, siempre en aguas templadas, cuya temperatura oscila de los 27ºC a 30ºC.

Las destilerías de ron, la gastronomía créole, el Jardín de Balata, las áreas naturales protegidas y el legado de la ciudad capital Fort-de-France son algunos de los excelentes complementos del sol y la playa.

El sur de Martinica constituye la región más desarrollada turísticamente, con muy buena hotelería y donde las playas se reconocen por sus “anses” (ensenadas).

La parte norte es conocida por sus playas ideales para el surf, especialmente en la costa de cara al Atlántico. Además, los paseos en kayak son una gran manera de descubrir la rica naturaleza local, explorando islotes únicos entre exuberantes manglares. Además, aquí es posible nadar con delfines.

8- Puerto Rico.

Perfecto para los viajeros inquietos, Puerto Rico es un destino muy completo que seduce con su geografía variada, enclaves históricos y ciudades donde es imposible aburrirse.

La isla, de 9.912 km², es un Estado Libre Asociado de Estados Unidos, con lo cual se requiere visa de ese país.

La visita puede comenzar por San Juan, que combina en su justa medida la magia antigua con el lujo moderno y el esplendor tropical.

A dos horas en auto se despliega un área de paisajes contrastantes que vira de la aridez de las salinas de Cabo Rojo al bosque seco subtropical de Guánica. La región cuenta con las playas de Aguadillas. Pero si se desea un ambiente más tranquilo, entonces hay que poner rumbo a la isla de Mona.

El norte es una de las regiones de mayor crecimiento en Puerto Rico, con nuevos hoteles de lujo y excelentes campos de golf en Dorado. También ostenta variados atractivos, como el Parque de las Cavernas del Río Camuy y el Observatorio de Arecibo.

El Parque Nacional El Yunque es otro de los imperdibles de Puerto Rico, sobre todo para los amantes de la naturaleza, al igual que la laguna Grande que es bioluminiscente, lo cual se aprecia en excursiones que se hacen en noches sin luna.

En cuanto a las playas, merecen visitarse especialmente Culebra y Vieques.

9- Bonaire.

Situado en el sur del mar Caribe, frente a la costa occidental de Venezuela, Bonaire es un destino inmejorable para realizar eco-aventuras, deportes acuáticos y apreciar la naturaleza, especialmente de los ecosistemas marinos.

Entre sus ventajas figura su maravilloso clima tropical los 365 días del año, estar fuera del cinturón de huracanes y ser escala de los circuitos de varios cruceros de reconocidas compañías.

Bonaire tiene más de 22 playas, algunas de arena suave y un deslumbrante tono blanquecino, y otras de arena de granos gruesos y color oscuro debido a su alto contenido de conchas de mar y corales triturados.

En ellas es posible practicar buceo, que es la actividad más requerida por los turistas. En ese sentido, tanto en Bonaire como en Klein Bonaire –pequeño islote deshabitado ubicado frente a la capital, Kralendijk– hay 86 puntos marcados como los mejores para explorar el mundo submarino.

Claro que la diversión también está sobre el agua, donde sobresalen actividades como el kitesurf, windsurf, parasailing y land sailing, gracias a los fuertes vientos que circulan por la isla, o el kayak, en recorridos muy atractivos.

10- Anguilla.

A media hora de ferry de St. Maarten se encuentra esta isla de bandera británica que asegura playas solitarias, casi vírgenes y de gran belleza. La isla es, sin duda, un destino de elite, en donde proliferaron los hoteles de gran lujo.

En el puerto hay varios taxis esperando a los recién llegados. El trayecto hasta la playa nos devuelve un paisaje llano y solitario, como si el turismo no hubiera llegado a estas tierras. La isla presenta un terreno de formación caliza y coralina, sin grandes elevaciones –la mayor altura es el monte Crocus, de 65 m.–, que decidió apuntar a un turismo de alto nivel y crear una conciencia ecológica. Es morada de 12 mil personas, cuya mayoría habita en The Valley, un pequeño caserío que constituye la capital.

Vale la pena conocer Shoal Bay, una de las 10 playas más lindas del mundo, según reza un folleto de promoción turística. Se trata de una franja de arena lisa, suave, amplia y desierta, bañada por un mar calmo y cálido, turquesa de lejos y transparente de cerca. Un lugar perfecto para relajarse y descansar.

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