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Atardeceres de oro, naturaleza y tradición

La tercera ciudad más importante del Caribe colombiano se ha convertido en la preferida de viajeros nacionales e internacionales gracias a sus múltiples playas, museos, parques, una divertida vida nocturna, y esa Sierra Nevada que, además de belleza, esconde cultura y tradición. Por: Luisa Fernanda Valdivieso Mendoza.

Un día de suerte para el viajero que visite Santa Marta puede ser cualquier mañana despejada que le permita visualizar los picos helados de la Sierra Nevada. El encanto de la capital del departamento del Magdalena, fundada en 1525, comienza en aquel impactante paisaje natural que de entrada invita a algo más. Considerada como la cordillera costera más alta del mundo, la Unesco la declaró Reserva de la Biósfera y Patrimonio de la Humanidad en 1979, por su red de ecosistemas que albergan innumerables formas de vida y son hogar de varias comunidades indígenas como los kogi, arhuaco, kankuamo y wiwa. Esta imponente cadena montañosa se ubica en el norte del país y ocupa los departamentos de Magdalena, Guajira y Cesar.

Con este paisaje como la excusa para descubrir más, Santa Marta tiene un listado amplio de playas, sitios naturales, monumentos, plazas, centros comerciales y riquezas para el deleite de nacionales y extranjeros. Aquí se encuentran las playas del Parque Nacional Natural Tayrona, los enigmáticos vestigios arqueológicos de dicha cultura; la riqueza de escenarios como Taganga, Bahía Concha y Playa Blanca, desde donde se aprecian increíbles atardeceres, de esos que se quedan para siempre en el recuerdo por su fuerza y sus tonalidades. Junto a los innegables encantos naturales de sus parques, en Santa Marta se evidencia un legado histórico en sus calles y en la arquitectura de la ciudad.

De esta manera, es fácil sentir que se vuelve al pasado al hacer un recorrido por la urbe, con visitas obligadas a sitios históricos como la Catedral Basílica de Santa Marta, el Malecón de Bastidas, así como la Quinta de San Pedro Alejandrino, hacienda donde murió Simón Bolívar y que actualmente funciona como museo; la Casa de la Aduana; y el Claustro San Juan de Nepomuceno.

NATURALEZA Y TRADICIÓN.

En el Parque Nacional Natural Tayrona confluyen el sonido del mar y el aire puro de las montañas. Sus playas con arenas blancas y aguas cristalinas, manglares, arrecifes coralinos y el paisaje selvático conforman un escenario virgen y exuberante, reconocido entre los más bellos del mundo.

Allí, los espacios son poblados por bandadas de loros, una infinita variedad de aves y manadas de monos aulladores que informan con su bullicio a los demás habitantes de la selva la presencia de excursionistas. Caminar dentro del parque es una aventura en sí misma, que permite contemplar las vastas extensiones de árboles y sentirse atrapado en medio de un bosque que conduce a playas de aguas azules y arena blanca.

Los viajeros encuentran un sitio ideal para el descanso y la aventura, con la posibilidad de bucear, practicar deportes de aventura y visitar bahías donde la selva se confunde con el mar; así como visitar el corazón de la cultura tayrona.

El parque ofrece amplias playas, como Cabo San Juan, Bahía Concha, Neguanje y Cañaveral, que son las más conocidas; y además ofrecen un balneario con cabañas y restaurantes, y zona de cámping.

PASEO POR LA CIUDAD.

El Rodadero es uno de los escenarios principales de Santa Marta, que cuenta con el Acuario y Museo del Mar, donde habitan 900 ejemplares de 100 especies, las cuales pueden apreciarse en 13 estanques y 15 acuarios. También ofrece la posibilidad a los visitantes de nadar con delfines y alimentar tiburones, tortugas y jureles. Otra manera de darle un vistazo a la vida marina es visitando el Acuario Mundo Marino.

Además de la naturaleza, Santa Marta alberga una serie de museos, bibliotecas y zonas donde se despliega toda la historia y tradición de la ciudad más antigua del país. Entre las bibliotecas sobresalen la de Luis Ángel Arango del Banco de la República, Cajamag, Gaira Elisa Fernández Nieves, SENA e Invemar. Los fanáticos de la historia podrán visitar los museos Antropológico y Etnológico, el Bolivariano de Arte Contemporáneo, el del Oro Tayrona y el Etnográfico de la Universidad del Magdalena.

Luego, vale la pena salir a caminar por el Parque Simón Bolívar, donde se encuentra el monumento al libertador, producto de un homenaje del gobierno de Venezuela y de la ciudad de Santa Marta en 1953. En los alrededores el viajero puede conocer el Museo del Oro o Casa de la Aduana. Otros sitios imperdibles son: el Parque de Los Novios y la Plaza San Francisco, así como las diversas obras escultóricas que muestran la cultura autóctona y aquellas dedicadas a próceres, como la estatua Rodrigo de Bastidas, erguida en el popular "Camellón" o Paseo ubicado en la playa de la Bahía de Santa Marta; el Homenaje a la Etnia Tayrona, situado en una pequeña glorieta, en la carrera primera con Calle 22; o la creada por el escultor Amilkar Ariza en honor al exjugador de fútbol Carlos "El Pibe" Valderrama.

VIDA NOCTURNA.

Para finalizar la jornada un buen plan es desandar alguno de los dos malecones: el de la Bahía de Santa Marta o el de El Rodadero. Allí es posible escuchar la entonación vallenata de muchos grupos noctámbulos. En este sector se concentra la mayor oferta hotelera de la ciudad, así como de restaurantes, bares y discotecas.

En la zona de El Rodadero una de las discotecas más populares es La Escollera, a la cual concurren la mayoría de los turistas que disfrutan del baile y la música. En este sitio se presentan shows de música en vivo de artistas locales, nacionales e internacionales. El lugar también destaca por su diseño: con un estilo tropical, donde predomina la madera, está situado en el centro de una isla, dentro de la zona acuática conocida como El Laguito.

Otra de las discotecas importantes del sector es Burukuka, enclavada en un punto alto que regala una sensacional vista sobre toda la bahía.

Existen otras dos discotecas ya tradicionales en la zona de El Rodadero, De Javu y San Alejo, cercanas para los turistas que están alojados en los hoteles o en los apartamentos de la zona.

Vale la pena mencionar que en El Rodadero se pueden encontrar muchos otros lugares en los cuales departir, tales como terrazas, bares y restaurantes.

DÓNDE IR DE COMPRAS.

Santa Marta posee renovados centros comerciales como el Ocean Mall, ubicado a solo 5 minutos del centro de la ciudad.

El Centro Comercial Buenavista, en la Avenida del Libertador, cerca de la Quinta de San Pedro Alejandrino, es una gran opción para comprar, visitar y conversar con amigos en su amplia plazoleta de comidas. Con su gran cantidad de almacenes y sus salas de cine se convierte en una alternativa para visitar en Santa Marta.

Y en El Rodadero se encuentra el Centro Comercial Arrecife, con una gran variedad de tiendas, restaurantes y zonas de juegos.

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