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Un almuerzo en el espacio más singular de la ciudad

Sin dudas la oferta gastronómica de Buenos Aires es amplia y variada. En esta oportunidad compartimos una experiencia diferente almorzando a bordo del Humberto M, una embarcación que surca las aguas del Río de la Plata y se convierte en una propuesta inigualable para turistas y locales. 

 

El Río de la Plata es una presencia constante tanto en Buenos Aires como en Montevideo. Sin embargo, se sostiene que la orilla oriental vive día a día de cara al río y en cambio, Buenos Aires, le da la espalda.

Esta experiencia para conocer Buenos Aires a bordo del Humberto M contrarresta con creces el saber popular, que como advertimos, no siempre es taxativo.

Su excelente accesibilidad nos convida a complementar la navegación con un paseo por el barrio de Puerto Madero.

Al llegar a la calle Cecilia Grierson, la continuación de la avenida Córdoba, accedemos al muelle de la compañía, que hace más de 25 años opera servicios fluviales diurnos y nocturnos que develan un perfil único y exclusivo de la ciudad, desde el río.

Una vez en el muelle abordamos la embarcación y los anfitriones nos dan la bienvenida, mientras explican el itinerario, que incluirá un paseo de dos horas y media navegando las aguas del Río de la Plata, para descubrir impactantes vistas de la metrópolis y de algunos de sus edificios emblemáticos como el Kavanagh; las torres de estilo courtain wall de Puerto Madero; las siluetas arquitectónicas del distinguido barrio de Retiro y el área portuaria.

Mientras en la cubierta algunos pasajeros toman fotografiás y aprovechan las panorámicas, adentro se disponen las mesas para almorzar y suenan acordes de tango, jazz, música nacional y más tarde, música brasilera.

El salón cuenta con capacidad para 120 personas y está provisto con aire acondicionado, calefacción, equipos de audio y sonido profesional. Vale mencionar la buena elección en el diseño interior, que carece de columnas o elementos que contaminen las vistas desde el interior de la embarcación.

En referencia al menú del almuerzo, el chef ejecutivo Cesar Magnarelli, nos explicó: “La idea es ofrecer una propuesta variada, apta para todo público, que pondera productos frescos y locales adaptados a las necesidades de una cocina a bordo”.

De esta manera, el menú ofrece escabeches, pastas caseras, carnes con verduras y deliciosos postres. Por recomendación del chef elegimos como entrada la torre de filete de ternera con verduras maceradas; luego sugirió degustar los sorrentinos Don Humberto, una preparación exclusiva maridada con vinos nacionales de reconocidas bodegas. A los postres, las cremas heladas con frutas patagónicas fueron celebradas por varios comensales.

Mientras tanto una voz en off describe algunas características de la ciudad y dejamos atrás una combinación de colores cálidos que resulta de la combinación entre las aguas del río color de la melena de león y los grandes containers, que como encastres coloridos se van extendiendo en la zona del antepuerto.

De pronto, un sonido extraño llega desde lejos y al girar la cabeza acompañamos el vuelo rasante de los aviones que despegan y aterrizan desde el Aeroparque desde una perspectiva distinta a borde del Humberto M, que luego del momento Kodak del paseo emprende lentamente el regreso.

En este punto, Julio Magnarelli, gerente de la compañía, junto a Laura Angelinetta, responsable del área comercial, nos invitan a tomar ubicación en las cómodas sillas de la cubierta para disfrutar de una inigualable sobremesa al aire libre, conversando, contemplando y navegando de cara al Río de la Plata.

Informes: 4314-5404.

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