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Paseos primaverales en Buenos Aires

La primavera asoma, junto con un sol cálido y las ganas renovadas de disfrutar del aire libre. Por suerte Buenos Aires, urbe total, también tiene sus áreas verdes para distenderse, pasear y llevarse una experiencia tan porteña como el resto de sus atractivos.  

JARDÍN JAPONÉS.

Si bien las opciones al aire libre abundan en Palermo (del Jardín Botánico y el Ecoparque al Planetario y el Rosedal), nada se compara con el viaje imaginario al Japón tradicional que propone el Jardín Japonés.

En sólo 3 ha. este predio compila una serie de estanques repletos de coloridas carpas koi, entrelazados por puentes y caminos de estilos particulares. Así, por ejemplo, se encuentra el puente curvo en madera, de un rojo vibrante que hace juego con los torii, esos famosos arcos que se ven a la entrada de los templos shintoístas.

Como en cualquier jardín, la flora tiene un lugar preponderante, en este caso presentada con delicadeza oriental. Cada especie tiene su correspondiente cartel indicativo, destacándose el camino de las rosas y, en particular, el camino de los sakuras, donde en pleno florecimiento es posible disfrutar de una llovizna de suaves pétalos rosados. Además, el Jardín Japonés cuenta con un vivero, especializado en el cultivo de bonsáis, kokedamas y orquídeas.

La propuesta se completa con el chasshitsu, una casa tradicional para celebrar la tradicional ceremonia del té; un restaurante, con sushi como especialidad; una sala de lectura; y una sala de exposiciones que presenta muestras tradicionales y desde donde es posible llevarse una visual panorámica del predio.

El Jardín Japonés (Av. Casares 2966) abre todos los días, de 10 a 18. La entrada general cuesta $ 95 y los menores de 12 años entran gratis.

COSTANERA SUR.

Últimamente la Costanera Sur ha sido objeto de numerosas obras de renovación, buscando evocar sus épocas de esplendor de comienzos de siglo XX, cuando los porteños acudían al balneario para bañarse en el Río de la Plata. Así, se ha reimplementado el histórico Paseo de la Rambla a la vera del agua, se restauró la pérgola y se realizaron trabajos sobre estatuas y monumentos.

Otros toques de distinción lo brindan el edificio que hoy alberga el Museo del Humor, antiguamente sede de la cervecería Munich, y la siempre convocante fuente de Las Nereidas, concebida por la escultora tucumana Lola Mora e inaugurada en 1903. Hoy en día también encuentra el Paseo de la Gloria, una serie de esculturas que honran a los deportistas argentinos más relevantes de nuestra historia.

La Reserva Ecológica Costanera Sur también luce un rincón renovado de cara al Río de la Plata. Este gran predio cuenta con amplios senderos para recorrer (caminando, trotando o en bicicleta) 350 ha. pobladas por una gran diversidad de aves, reptiles y mamíferos, entre los que destacan las tortugas de agua, las nutrias y los lagartos. A ello se suma, por supuesto, un amplio acervo floral. Además del recorrido libre, es posible apuntarse en paseos guiados, desde los clásicos que tienen lugar los viernes, sábados y domingos, hasta algunos más específicos con previa inscripción, para realizar avistaje de aves o hacer un recorrido nocturno bajo la luz de la luna.

RECOLETA.

Este barrio concatena una serie de espacios verdes intercalados por grandes íconos de la cultura porteña.

Se podría comenzar por la denominada “Plaza Francia”, reconocida por su feria de artesanías y cuyo nombre real es plaza Intendente Alvear. Además de llevarse algún souvenir o regalo, aquí es posible reconocer al mítico gomero ubicado frente al café La Biela que, según se dice, fue plantado a fines del siglo XVIII y sería el árbol más antiguo de la ciudad.

En sus adyacencias se encuentra la Basílica Nuestra Señora del Pilar, el Centro Cultural Recoleta, el Palais de Glace y el famoso Cementerio de la Recoleta, todos sitios que merecen la consideración de una, siquiera breve, recorrida.

El suave declive del parque desemboca en Avenida Libertador, sobre la cual se encuentra la “verdadera” Plaza Francia, diseñada por el célebre Carlos Thays y cuyo monumento central fue obsequio de la colectividad francesa al país por el Centenario de la Revolución de Mayo. Justo en frente se encuentra el Museo Nacional de Bellas Artes, que contiene la mayor colección de arte argentino del país.

Atravesando el Museo, se encuentra la Facultad de Derecho, con grandes extensiones verdes a cada flanco. A su izquierda está la Plaza de las Naciones Unidas y uno de los símbolos contemporáneos de la ciudad: la inmensa Floralis Genérica, escultura de 20m. de alto, 18 toneladas y cuyos pétalos se abren y cierran siguiendo las horas del día. Al otro lado de la Facultad está el Parque Thays, predio donde antiguamente funcionaba el parque de diversiones Italpark y que hoy luce esculturas de Marta Minujín y Fernando Botero, entre otras.

PARQUE CENTENARIO.

El Centenario, cuyo diseño fue concebido por el famoso paisajista Carlos Thays, fue así bautizado en 1909 para conmemorar los 100 años de la Revolución de Mayo. Vértice de los tradicionales barrios de Almagro, Caballito y Villa Crespo, este espacio verde circular actúa al mismo tiempo como gran distribuidor de calles y epicentro del descanso barrial.

Su centro está dominado por un lago habitado por patos y carpas, a cuyo alrededor se emplazan varias esculturas, entre ellas la “Victoria alada” del italiano Eduardo Rubino, “Madame Curie” de Santiago Parodi y “La Aurora”, del francés Émile Peynot. Hoy también cuenta con un anfiteatro, juegos recreativos, murales y un skate park.

Debido a su posición geográfica, suele estar concurrido, pero esto no es impedimento para percibir un ambiente relajado entre deportistas que cumplen sus rutinas, gente que realiza sus prácticas de yoga o reiki, y jóvenes que, entre mates, practican sus destrezas circenses.

Durante los fines de semana, en el perímetro del Parque Centenario funciona una nutrida feria donde es posible encontrar antigüedades, juguetes, vinilos y libros, entre una gran variedad de elementos. A ello se suma la feria de artesanos.

La propuesta al aire libre se puede completar con una visita al Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, localizado en el mismo parque. Ideal para familias, sus muestras más célebres son el acuario y las salas de paleontología y de mamíferos.

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