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Córdoba: una síntesis de la Argentina

La provincia, estratégicamente ubicada en el centro del país, obsequia paisajes espectaculares, sierras, valles, ríos, lagos y vegetación. Además de turismo aventura y paseos por esos escenarios, Córdoba propone recorridos por sitios de interés histórico.
Córdoba es la perfecta síntesis de la vasta geografía argentina, ya que en pocos kilómetros reúne llanuras, montañas, ríos, lagos y vegetación. También mixtura grandes ciudades con pequeños poblados, historia con modernidad, tradiciones con actualidad. Para apreciar todos los atractivos, el turista podrá recorrer las siguientes áreas turísticas: la Central, el Norte con las Sierras Chicas, Punilla, Paravachasca con Calamuchita y Sierras del Sur, el Noroeste con Traslasierra y Mar Chiquita, y Fortines y Lagunas. Para los que se inclinen por descubrir los maravillosos paisajes que encierra Córdoba, como para los que deseen vivir la aventura desafiando los obstáculos naturales, las opciones son amplias.
Así, Córdoba Capital ostenta un valioso patrimonio histórico que se pone de manifiesto en iglesias, conventos y casonas de los siglos XVII a XIX. Un city tour debería contemplar la Catedral, la Compañía, los conventos de Santa Teresa y Santa Catalina, la casa del Marqués de Sobremonte y el teatro Rivera Indarte. Junto a la ciudad histórica se erige la otra Córdoba, moderna y vital con su peatonal, paseos comerciales, centros culturales y recreativos.

Areas rurales del norte
El norte es sinónimo de campos con horizontes plagados de sierras. Los algarrobos, quebrachos y palmares se encuentran en torno a los senderos que conducen a las áreas rurales. Además, el viajero podrá adentrarse en las Salinas Grandes, donde irrumpe la reserva Monte de las Barrancas, hábitat de guanacos; y culminar su travesía en el cerro Colorado, cuya importancia radica en los testimonios históricos reflejados en pictografías, así como el ser la patria de adopción de Atahualpa Yupanqui, y donde en la actualidad descansan sus restos.
Siguiendo la antigua traza del camino real al Alto Perú se desemboca en los poblados que fueron postas en dichas travesías. Villa Tulumba, Ischilín, Villa del Totoral, Deán Funes, Quilino, Sinsacate y Avellaneda son algunos de los sitios donde se encuentran vestigios de la etapa colonial. En este recorrido es imperdible una visita a las estancias jesuíticas de Santa Catalina y Jesús María, la capilla de Candonga y la casa de Caroya.

El valle de Punilla: oasis para el descanso
Entre quebradas y sierras, y bañado por ríos, el valle de Punilla es un oasis natural muy preciado que ganó prestigio gracias a Villa Carlos Paz y La Falda. Pero además de estos destinos ya consolidados, esta zona reserva paisajes ondulantes de las Sierras Chicas, donde se destaca el mítico cerro Uritorco; y la Sierra Grande con el macizo de los Gigantes como su máximo exponente. Mientras que Los Terrones, formación de areniscas rojizas erosionadas; y la quebrada y mirador Cuchi Corral; sobresalen como bellezas propias. En esta última se reúnen los amantes de la aventura para practicar aladeltismo y parapente.
Los deportes náuticos (navegación, windsurf, canotaje y natación) se practican en los ríos Cosquín y San Antonio que confluyen en el embalse San Roque; así como en El Cajón y La Falda. Estas actividades pueden combinarse con cabalgatas, trekking y montañismo de las zonas aledañas.

Aventura en escenarios únicos
Paravachasca, el valle de Calamuchita y las sierras del Sur acercan un sinnúmero de atractivos y variedad de paseos. La primera tiene como referente a la quebrada del Condorito, profunda hendidura del borde oriental de la Pampa de Achala, morada de los amantes del ecoturismo. El valle de Calamuchita fue destino de inmigrantes centroeuropeos, con lo cual es posible ver su influencia en el estilo arquitectónico de las construcciones, la gastronomía y la cultura. En Villa General Belgrano, Santa Rosa, La Cumbrecita, Villa Alpina y Yacanto hay huellas del Viejo Continente. Mientras que las sierras del Sur ofrecen escenarios ideales para las cabalgatas y el trekking. Allí se encuentra, también, el yacimiento arqueológico del cerro Intihuasi de los aborígenes comechingones.
Naturaleza, cultura y pasado se asocian para conformar el área del noroeste, con sus marcados contrastes geográficos: las Salinas Grandes al norte, los llanos noroccidentales, los volcanes y túneles de la sierra y pampa de Pocho, son algunos de los exponentes que reúne esta región. El camino de los Gigantes, que bordea el macizo homónimo, y el de los túneles con sus espectaculares panorámicas, proponen la cuota de aventura. Mientras que la historia se presenta a través de las pictografías de Charquina, la estancia jesuítica de La Candelaria y las capillas del siglo XVIII: San Marcos Sierras, Salsacare, Pocho y Las Palmas.

Curiosidades de la provincia
Traslasierra obsequia ambientes tranquilos, con climas benignos y escenarios para el descanso. Mina Clavero, Cura Brochero, Nono, Villa Las Rosas y Villa Dolores traducen a la perfección esta idea. Los visitantes tendrán la oportunidad adicional de llevarse algún recuerdo, como artesanías en cerámica negra, dulces y alfajores, o vinos regionales.
La curiosidad de la provincia es mar Chiquita, una fuente de agua de pronunciada salinidad que ocupa la llanura deprimida del noroeste, declarada reserva natural provincial y sitio hemisférico de la Red de Reservas para Aves Playeras. Costas altas, bajas, humedales y playas conforman medio ambientes disímiles donde habita el flamenco rosado. Este sitio también se caracteriza por ofrecer recursos para balneoterapia.
Para finalizar, un recorrido por el sur de Córdoba, donde el dorado de los trigales se mezcla con el verdor de la alfalfa y de otros cultivos en los amplios campos. El agroturismo es, sin duda, la principal propuesta, conjugada con safaris fotográficos y observación de aves. Como broche de oro está la línea de fortines que se extiende en la frontera provincial.

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