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El paraíso prometido

Desde el océano Pacífico hasta el mar Caribe, el país centroamericano ofrece una multiplicidad de atractivos sin igual. En solo 51 mil km² los viajeros podrán encontrar playas, bosques, lagos, ríos, volcanes y selvas, paisajes que conforman un verdadero paraíso en la Tierra.

Como en una historieta creada por el más loco dibujante, las escenas pasan y los paisajes se forman y se deforman mil veces, para renacer completamente diferentes. Ahora llueve. Hoy las nubes que se confunden entre las montañas lo cubren todo. Más tarde, en cambio, el sol costarricense me abrazará para siempre. Mañana, el volcán Arenal asomará su magnificencia para darme la bienvenida a un país de extraordinaria belleza, que en tan solo 51 mil km² ofrece selvas cerradas, bosques lluviosos, playas, montañas, ríos y cafetales, verdaderos protagonistas de este paraíso prometido.
Costa Rica se divide en siete provincias (San José, Alajuela, Cartago, Heredia, Guanacaste, Puntarenas y Limón) y cinco regiones turísticas: el Valle Central, Caribe –Norte y Sur–, Pacífico Norte, Centro y Sur. A lo largo de toda su extensión los viajeros encontrarán una vasta oferta de actividades en paisajes tan diversos como atractivos. Además, Costa Rica constituye una exuberante reserva biológica de especies, ya que su territorio alberga variada flora y fauna, y se ubica entre los 20 países más ricos en biodiversidad de la Tierra.
Para comenzar a descubrir los tesoros de este país, el Valle Central se presenta como la mejor opción, ya que es la entrada principal al destino. Además de ofrecer la posibilidad de disfrutar de una variedad de atractivos turísticos naturales, el Valle permite conocer más acerca de los secretos costarricenses. Emplazada en esta región, la capital de Costa Rica, San José, es una extensa planicie custodiada por majestuosos volcanes y cerros que confirman la riqueza natural que existe en todo el territorio. Fundada en la primera mitad del siglo XVIII, San José es en la actualidad una ciudad donde convergen visitantes de todo el mundo. Allí se localizan los mejores museos del país, del Oro, Jade, Nacional, Arte Costarricense, Ciencias Naturales de la Salle, Insectos de la Universidad de Costa Rica, Arte y Diseño Contemporáneo y del Niño; y el afamado Teatro Nacional, orgullo de los locales y casa histórica de los mejores artistas nacionales e internacionales. A su vez, los pequeños pueblos rurales del Valle son de gran belleza escénica y ofrecen un vistazo a la Costa Rica de antaño, con sus casas de bahareque, la presencia de grandes haciendas cafetaleras, trapiches y lecherías.
Desde la ciudad de San José los visitantes pueden elegir entre decenas de tours de un día a los sitios naturales más importantes localizados dentro y fuera del Valle Central.

BORDEANDO EL CARIBE.
La fascinante cultura afro-caribeña, combinación de emigrantes jamaiquinos, italianos y chinos, predomina en esta región y llena el ambiente de deliciosos aromas, ritmos tropicales y brillantes colores.
Es la región de mayor precipitación en el país y este factor, unido a sus elevadas temperaturas, hace que la evaporación y la humedad sean bastante altas durante todo el año. Sus extensas llanuras están bañadas por los ríos Pacuare, Estrella, Reventazón y Parismina, que se unen en algunos sectores con los canales de Tortuguero, de gran importancia por su belleza natural y por ser un sitio de refugio para el desove de las tortugas marinas.
En esta zona, además, se observan pequeños poblados en medio de plantaciones de yuca, achiote y banano, así como infinidad de bellas playas localizadas en la parte sur de la costa, arrecifes de coral y áreas protegidas con pequeños senderos que permiten llegar hasta el corazón del bosque tropical. En el Caribe costarricense las opciones son múltiples y variadas. Allí los viajeros podrán descubrir una importante riqueza marina, verdes lagunas, imponentes ríos y amplios canales. Además, esta región se convierte en la opción ideal para los amantes de la pesca, el buceo, el surf y el esnórquel.

PACIFICO AL NORTE, AL CENTRO Y AL SUR.
La zona del Pacífico Norte es tierra de hermosos paisajes conformados por bahías, golfos, colinas, bosques y acantilados; de rutas panorámicas, volcanes, ríos salvajes, playas de arenas grises, finas y oscuras, blancas y doradas enmarcadas por un mar azul de agua clara, rica en peces y aves marinas.
Por su parte, la región del Pacífico Central se prolonga desde la ciudad de Puntarenas hasta la desembocadura del río Barú, en un área conocida como Dominical de Osa. Se trata de una zona con características climáticas húmedas y lluviosas, por lo que las playas y las colinas inmediatas a la costa presentan una mayor biodiversidad. Allí emergen una serie de bosques, que son el hábitat de numerosas especies de plantas y de animales que se hallan protegidas en varias áreas silvestres. En esta región, el Parque Manuel Antonio, de 683 ha., tiene los más variados y bellos paisajes. Rodeado por un exuberante bosque tropical muy húmedo ofrece en sus senderos la posibilidad de observar monos carablancas, osos perezosos, pisotes, mapaches, iguanas y muchas aves, así como el mono ardilla, especie endémica de Manuel Antonio, actualmente en peligro de extinción.
La puerta de entrada del Pacífico Sur es la ciudad de Pérez Zeledón. Allí los visitantes podrán disfrutar de hermosas playas, observar ballenas y delfines, bucear, pescar o realizar entretenidas caminatas por senderos.

LOS GIGANTES DE FUEGO.
Los volcanes de Costa Rica se encuentran entre los más sorprendentes del mundo. El territorio continental ocupado hoy por el país es el resultado de una compleja actividad volcánica que se inició hace 75 millones de años y que en la actualidad aún continúa.
Tomando en cuenta todo cráter en el cual haya ocurrido una erupción, la cifra de volcanes en Costa Rica llega al inigualable número de 112. Algunos de estos son actualmente concurridos Parques Nacionales que protegen una vasta cantidad de ambientes naturales. Uno de ellos es el volcán Arenal, considerado entre los 10 más activos del mundo por una buena razón, ya que frecuentemente sorprende a sus visitantes con un espectáculo de humo y lava incandescente que desciende por sus laderas acompañado por avalanchas de rocas y sonidos que emergen desde lo más profundo.
La última gran erupción del Arenal tuvo lugar en 1968, año hasta el cual se pensaba que era otro pico más en la cordillera volcánica de Guanacaste. En 1994 fue declarado Parque Nacional, y en la actualidad sus aguas termales son uno de los principales atractivos del área, junto con hermosos paisajes, senderos naturales y actividades de aventura.

EL GRANO DE ORO

Por Gustavo Mora, guía de Costa Rica.

En 1841 el presidente costarricense Braulio Carrillo Colina diseñó un plan nacional para impulsar el cultivo del café, con el objetivo de desarrollar en el país una cultura cafetalera. A través de este proyecto cada habitante recibía 25 ha. de tierra y suficiente café para sembrar durante un período de ocho años. Por su parte, los costarricenses debían abandonar sus actividades y dedicarse exclusivamente a la cosecha del apetecido grano. Si bien al principio la desconfianza de los habitantes fue muy grande el proyecto fue un éxito y para mediados de 1800 el café se había convertido en el principal ingreso de Costa Rica, y en 1900 era el primer producto de exportación del país. El café se convirtió en nuestro grano de oro. Aun hoy, la cultura, la economía y los ciudadanos giramos alrededor del café. Todos en este país tenemos una historia de vida que de una manera u otra se relaciona con esta bebida. En la actualidad, el café no es el principal ingreso de Costa Rica pero si es uno de nuestros productos más queridos y respetados. Por eso es importante que todos los viajeros que lleguen a nuestra nación pidan en cualquier restaurante, hotel o local de paso un café costarricense, cierren los ojos, respiren el aroma de esta bebida caliente que cambió la economía de nuestro país para siempre y beban un sorbo del intenso elixir para llevarse de vuelta un poco de nuestra bella tierra.

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