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Colombia: un fascinante viaje por los sabores más autóctonos

La gastronomía colombiana, al igual que su geografía, se caracteriza por su enorme variedad. Desde los amasijos a los postres, la multiplicidad de matices de las preparaciones tradicionales se puede conocer y disfrutar en todo el país gracias a 'Colombia a la mesa'.

La gastronomía colombiana busca consolidarse como uno de los principales atractivos turísticos del país. A través de una nueva ruta temática llamada “Colombia a la mesa”, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (MinCit), en compañía de los gremios del sector turístico, alcaldías y gobernaciones, invita a nacionales y extranjeros a conocer lo mejor de los ingredientes autóctonos, cocina de origen y platos tradicionales de las cinco regiones del país. “Esta ruta se centra en el reconocimiento y vinculación de nuestra gastronomía en productos, atractivos y planes turísticos, con el fin de fortalecer a empresarios y desarrollar acciones de promoción del país como destino gastronómico”, explicó el MinCit.

Actualmente, esta entidad busca sensibilizar a las comunidades anfitrionas sobre la importancia de las cocinas tradicionales mediante eventos gastronómicos, además de entregarles herramientas para construir identidad, innovar y articular a las comunidades para construir un producto gastronómico local.

En eventos y zonas específicas, con paradas en los epicentros patrimoniales y espacios tradicionales gastronómicos, los turistas podrán conocer y disfrutar los sabores y saberes propios de esta cocina. Gracias a nuestra variada geografía, lo mejor del mar, río, montañas y llanuras se puede encontrar en los platos de los cuatro puntos cardinales del país.

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LAS DELICIAS DEL MAR Y EL RÍO.

Colombia es el único país de Sudamérica con acceso a dos océanos, y gran parte de la gastronomía de los territorios costeros, tanto en el Atlántico como en el Pacífico, están basados en los frutos del mar. Por un lado, la costa Atlántica ofrece un amplio rango de mariscos y pescados seleccionados en las aguas del mar Caribe. Sobresalen la cazuela de mariscos, el bocachico y el pargo rojo disponibles en los mercados de Mompox, Lorica, Santa Marta y Bazurto. Por otro, la costa chocoana, caucana y nariñense ofrece lo mejor del sabor ancestral afrocolombiano con el “tapao” de pescado de Guapi, trucha arcoíris de la Laguna de la Cocha o bocachico en leche de coco.

El archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina no se queda atrás. En su concepto de “Fair Tables”, similares a las terrazas españolas, los sanandresanos venden preparaciones típicas de pescado sudado, caracol, cangrejo y langosta.

Del río Amazonas se pueden pescar pirañas y sábalos para el asado. El bagre dorado se envuelve en hojas de plátano y se pone a cocer por varias horas en el humo saliente de un fogón de leña, preparación ancestral que se conoce como “moqueado”.

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EL PLACER DE LAS COMIDAS PEQUEÑAS.

Amasijos y otros pasabocas salados forman parte de las onces y “medias nueves” de los colombianos. Las más representativas son quizá las empanadas, que tienen diferentes versiones: con carne de res, pollo, arroz, papa, ají y otra gran variedad de ingredientes. Cafeterías y restaurantes de todas las regiones de Colombia ofrecen distintas formas de empanadas.

Otro famoso amasijo en todo el territorio son las arepas. Cada región tiene la suya: La paisa es hecha de maíz blanco pelado, plana y delgada, asada a la parrilla. En Boyacá es de maíz amarillo, de contextura gruesa, rellena de cuajada y cocida a la plancha.

Otras arepas son frituras de masa, como en los Llanos Orientales, a base de cuajada y harina de arroz o plátano verde autóctono llamado “topocho”; o la de chócolo. Por su parte, la región Caribe tiene la arepa de huevo, hecha de maíz amarillo, rellena de huevo frito y, en ocasiones, carne y guiso.

Sutamarchán, Boyacá; Cáqueza, Cundinamarca; y La Cuncia, Meta son tres municipios famosos por su oferta de embutidos como chorizo, longaniza y morcilla. En las regiones, el Caribe ofrece, en plazas de mercado y cafeterías de casi todos sus municipios, carimañolas y butifarra. El Valle del Cauca es famoso por el pandebono, un amasijo blando para acompañar desayunos o meriendas. Versiones similares se encuentran en las carreteras de Cundinamarca, con el pan de sagú y almojábanas. Pasabocas más crujientes son el pan de arroz de los Llanos y en los bizcochos de achira del Huila.

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CARNE Y ARROCES.

Extranjeros visitantes al país aseguraron, en un estudio realizado por el MinCit, que los platos a base de arroz y carne están entre los más característicos de Colombia. Lo anterior, porque casi todas las comidas incluyen una porción de arroz blanco.

Entre los platos reconocidos por los extranjeros, según el estudio, el primer lugar se lo llevó la bandeja paisa, preparación con fríjoles, carne de res molida y arroz típica de Antioquia. Otro plato reconocido fue la lechona tolimense, una preparación para grupos con carne de cerdo y arroz servida dentro del cuerpo de un lechón, previamente preparado y adobado para tal fin. El Espinal en Tolima es la cuna de esta preparación.

Boyacá es famosa por el cocido, un estofado de carnes de cerdo, res y pollo con varios tipos de tubérculos como papa, yuca, nabos, chuguas y rubas. El interior del país tiene además una amplia oferta de embutidos, incluidos en el “piquete”, una preparación de varios tipos de embutidos y carnes servida en grandes porciones para compartir.

Una mención especial en las carnes es para la “mamona” o ternera a la llanera, una preparación en donde la proteína se marina durante un día en cerveza y luego es asada en varillas colocadas en torno a una fogata con abundante leña.

SOPAS Y CALDOS.

El ajiaco es uno de los platos más reconocidos de Colombia en el exterior. Originario de Bogotá, es una sopa a base de pollo y tres tipos diferentes de papa. Desde el Caribe, las sopas tradicionales son el sancocho, preparado con algún tipo de carne; o el mote de queso, hecho a base de ñame y queso costeño.

El país conoce dos tamaños de mazamorra. La mazamorra paisa es una preparación dulce hecha de maíz peto y acompañada de panela rallada. Se consigue en municipios de todo el país en bicicletas que recorren las calles vendiéndola. Por el otro lado, la mazamorra chiquita es una preparación de sal disponible en el interior del país con cebada, carne de res y varios tipos de grano como habas y fríjoles verdes.

DULCES Y POSTRES.

Hablar de la gastronomía colombiana estaría incompleta si no se enuncia el toque azucarado que pone fin a una comida. Vélez, Santander, es la cuna del bocadillo, un dulce de guayaba empleado en múltiples preparaciones dulces en el interior del país. Del Valle del Cauca viene el manjar blanco, similar al arequipe utilizado en muchos postres tradicionales que se pueden encontrar en las entradas de Bogotá.

¿CUÁNDO HACER TURISMO GASTRONÓMICO? Si bien los platos típicos están disponibles para visitantes y locales durante todo el año, la ruta “Colombia a la mesa” promueve una serie de actividades de orden local para promover la gastronomía nacional como un atractivo turístico. Algunos de los eventos más destacados del ciclo a nivel nacional son: Alimentarte Food Festival (Bogotá) Caribe Food and Rum (Santa Marta) Medellín Gourmet (Medellín) Siempre Negro Pacífico (Chocó) Campeonato Nacional de Cocina y Pastelería (Bogotá)

Más información sobre eventos, fechas y lugares: www.regco.co

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