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El hogar de las compras en Estambul

“Si la tierra fuese un solo Estado, Estambul sería su capital”, dijo alguna vez Napoleón Bonaparte, destacando la trascendencia de la localidad. En efecto, la capital de Turquía ostenta un Gran Bazar que envuelve a sus visitantes con contrastes históricos y culturales bien marcados, con diversas áreas: joyería, orfebrería, especias y alfombras, entre otras. Además, las costumbres turcas atrapan y seducen al turista. Por: Marcos Llobet

Situada parte en el continente europeo y otra en el asiático, Turquía se presenta como un lugar diferente y con sello propio.

Con historias épicas y una cultura interesante para descubrir, este país funciona como un puente donde se mezclan las tradiciones tanto de Occidente como de Oriente. Sin duda, su capital, Estambul, es un claro ejemplo de ello, y su esencia reside en los contrastes que atrapan y seducen a quienes la recorren.

Esta urbe cosmopolita ha sido el punto de legendarios capítulos de la humanidad y cuna de grandes civilizaciones. Primero se llamó Bizancio; luego, durante el Imperio Romano, pasó a llamarse Constantinopla en honor a Constantino I el Grande. Y tras la caída del Imperio Otomano, en 1923 tomó el nombre con que se la conoce en la actualidad.

El encanto del estrecho del Bósforo que divide a la ciudad, y zonas históricas como la mezquita Azul, la iglesia de Santa Sofía y el Palacio de Topkapi, son sólo algunos de los escenarios, entre tantos, por descubrir. Sin embargo, en este viaje por Estambul, la excursión estelar será el recorrido por el Gran Bazar.

“Kapalı Çarşı", que significa "bazar cubierto", es un centro comercial pleno de cultura, historia y costumbres turcas, que salpican al turista que recorre sus 64 calles. Además, resguarda mezquitas, baños turcos, restaurantes y cafeterías.

Abierto todos los días –excepto los domingos y feriados–, en este famoso mercado se puede comprar joyería en oro o plata, antigüedades, alfombras hechas a mano de algodón, seda y lanas, remeras y camisas, objetos en cobre y metal, lienzos y bufandas, artesanías hechas de piedra turca, cerámicas, bolsas en kilim y hasta chaquetas de cuero, entre otros objetos.

CON LA ESENCIA DE ANTAÑO.

Los tiempos cambian y las sociedades abandonan paulatinamente sus costumbres para adquirir nuevos hábitos. No obstante, algunos rasgos consiguen atravesar la barrera del tiempo y perduran como recuerdo del pasado. Este es el caso del Gran Bazar, un núcleo comercial que ha abastecido a Estambul desde el siglo XV y continúa ubicado en el distrito de Beyazit.

Fue construido en el siglo XV (época Otomana) por el sultán Mehmet II, quien tras tomar la capital turca decidió levantar un mercado con el fin de impulsar el comercio de una ciudad que se encontraba colapsada. A sus alrededores se fueron instalando talleres de artesanos que dieron origen a las calles y con el tiempo se incorporaron al Gran Bazar cubriéndolas e integrándolas, hasta que todo el complejo callejero fue cerrado como lo conocemos ahora.

Al respecto, el lugar está ordenado de manera gremial y sus pasillos llevan el nombre del rubro que trabaja en ellas, por ejemplo: Kalpakçılar, vendedores de piel; Kuyumcular, joyeros; y Aynacılar, comerciantes de espejos, etc.

Las voces de los vendedores y los comentarios dispersos de los clientes configuran la banda sonora del Kapali Çarsi; mientras que cualquiera de las 22 puertas que dan acceso al recinto cubierto invitan a llevarse un souvenir.

LA CIUDAD DEL COMERCIO.

Cientos de miles de personas transitan diariamente por el laberíntico entramado del Gran Bazar. Su aspecto, hileras de pasillos flanqueados por tiendas de todo tipo, convierte al Kapali Çarsi en una metrópoli para las compras.

La primera vez que se visita este sitio es recomendable hacerlo por la puerta de Nuruosmaniye, ya que está todo muy bien indicado y es más sencillo orientarse correctamente desde allí.

Las cifras dan fe de las dimensiones colosales del gran mercado de Estambul, que tiene un área cubierta superior a los 45 mil m2 y pone a la venta casi 100 variedades de productos, vendiéndose aproximadamente 12.700 artículos.

Más de 4.000 tiendas, alrededor de 2.500 talleres de artesanos, centenares de telares, decenas de pequeñas mezquitas, fuentes, restaurantes, una escuela primaria, una gran mezquita, un centro de información y 20 mil trabajadores se distribuyen a lo largo de esta superficie.

Además, y recibiendo diariamente entre 300 y 500 mil visitantes dependiendo de la época, este lugar ostenta servicios de enfermería, bancos, correos y seguridad.

EL ARTE DEL REGATEO.

Teniendo en cuenta que la comunicación no supone ninguna barrera comercial, en el Gran Bazar la mayoría de los empresarios hablan varios idiomas, entre ellos el español, y el regateo es habitual en el lugar.

Siendo un mercado tan buscado por los turistas, en Kapalı Çarşı los precios están excesivamente inflados y es común encontrarse con productos que duplican su valor real. He ahí la importancia de regatear.

En este tire y afloje, la negociación es cuasi obligatoria y la misión es conseguir el objeto con un 40 o 50% de descuento. Para ello, lo ideal es comenzar ofreciendo apenas el 10% del valor sugerido e ir subiendo la propuesta a medida que el comerciante baja sus pretensiones.

Siendo expertos en la materia del regateo ningún vendedor se sentirá ofendido y cualquier demostración de enojo o sorpresa es parte del “acting” en este sube y baja de precios.

LO MAS BUSCADO.

Las alfombras y los kilims realizados en Turquía tienen un gran reconocimiento mundial y una larga tradición ancestral. La relación calidad-precio los convierte en los productos más demandados en el Gran Bazar.

En tanto, además de estos tejidos típicos y las antigüedades o artesanías históricas, este destino es uno de los primeros países productores de oro a nivel mundial y hay multitud de joyerías a lo largo de todo del centro comercial.

Las delicias turcas y los baklavas son los dos postres característicos de Turquía que dan respiro al recorrido por el Gran Bazar; mientras que otros productos gastronómicos como frutos secos, tes, quesos y especias son algunos de los ingredientes tradicionales de la cocina turca que el visitante suele llevarse a casa.

Otra actividad común en Kapalı Çarşı son los famosos baños turcos. Cuando una persona desea relajarse y descansar plácidamente recurre a estos servicios. El turista se introduce en cuartos con vapor a altas temperaturas, similares a los saunas, se baña en una piscina fría y recibe masajes que le permiten, a través del vapor, limpiar el cuerpo y cuidar su piel.

UNA RESEÑA DE TURQUIA

Posee una población de 72 millones de habitantes, la cual casi en su totalidad es musulmana; mientras que su economía presenta un gran crecimiento, ubicándose dentro de las veinte más importantes. La mayor parte del territorio turco se encuentra del lado asiático, que conforma la península de Anatolia, siendo Buca, Bursa e Iconio sus ciudades más destacadas y que albergan edificaciones históricas y emblemáticas para los turcos. El resto de Turquía, en menor medida, se encuentra en el continente europeo, en la región de Tracia. Allí, sus principales centros urbanos son Estambul, Kallipolis y Edirne. Alrededor de 12 millones de personas habitan en el área metropolitana de la capital turca, que la convierte en el tercer aglomerado urbano más grande de Europa y el epicentro financiero de Turquía.

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