Estos son los sitios de interés más relevantes:
Ljubljana, la capital de Eslovenia.
Con influencia austríaca y detalles de art nouveau en sus construcciones, la capital de Eslovenia es compacta, simple para pasear caminando o en bicicleta.
En una jornada es posible conocer la iglesia de San Francisco, el Ayuntamiento, la Catedral de San Nicolás, el Palacio del Seminario y el Mercado Central.
A la hora del almuerzo podemos hacer un stop en alguno de los tantos restaurantes que se levantan sobre el río Ljubljanica.
Allí descubriremos tres puentes que antiguamente estaban señalizados: uno para carros y los otros dos peatonales. En las inmediaciones también se encuentra la plaza Preseren.
El derrotero podría seguir por el Castillo de Ljiubliana, que corona una colina y al que se accede caminando unos 20 minutos por senderos forestales sencillos o utilizando el funicular. Al llegar disfrutaremos de unas vistas impresionantes de la ciudad, por un lado, y de los Alpes de Kamnik, por el otro.
La construcción, en tanto, destaca por sus murallas, la torre pentagonal con dos puentes levadizos y la capilla gótica de San Jorge.
El lago de Bled.
Distante 45 minutos de la capital se encuentra Bled, cuyo atractivo más importante es el lago de increíble color celeste y enmarcado por las montañas. Por si fuera poco, este paisaje se enriquece con un islote donde se levanta un monasterio del siglo XV.
El paseo contempla la navegación en barcos tradicionales a remo y la visita, por supuesto, de esta construcción. Podemos subir incluso por el campanario y apreciar los Alpes Julianos.
El resto de la jornada podemos destinarla a dar una vuelta al lago, que demora un poco más de una hora; subir al castillo de Bled que corona una montaña; y relajarse en el Pabellón Belvedere, que regala vistas únicas del espejo de agua y donde probar la cream cake, un postre típico de la zona.
Las cuevas de Postojna.
A una hora de la capital de Eslovenia se encuentran las cuevas de Postojna, que se adentran por 20 km. y fueron clasificadas como Patrimonio de la Humanidad. Es uno de los destinos más visitados de Europa.
El paseo se realiza mediante un tren y parte caminando, descubriendo estalactitas y estalagmitas, formaciones extrañas, salas y galerías, como la de Conciertos que se destaca por su acústica.
El paseo puede combinarse con un recorrido por el Castillo de Predjama, con una historia de más de 700 años y varias leyendas.
¿Qué hacer en Maribor, Eslovenia?
El cuarto día lo destinamos a Maribor, la segunda ciudad de Eslovenia, de fuerte influencia austríaca, donde destaca la catedral y el castillo.
Como es toda peatonal, esta ciudad es perfecta para disfrutar sin prisa y relajarse en un restaurante, donde es imprescindible probar el vino local, antes de continuar viaje hacia otros confines de Europa.
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