Con el lanzamiento, a mediados de diciembre pasado, de un vuelo de American Airlines sin escalas entre Buenos Aires y Los Ángeles, el sur de California quedó mucho más cerca de los viajeros argentinos. Una región que reúne un sinfín de atracciones turísticas bajo un clima siempre benigno y con el imponente océano Pacífico como referencia omnipresente.
San Diego: la gran gema del sur de California
Y en este contexto, sobresale una ciudad famosa en Estados Unidos por su elegancia y pulcritud: San Diego. No en vano es oficialmente conocida como “America´s Finest City”.
Situada en el extremo sur del estado, a 192 km. de Los Ángeles, fue el primer sitio visitado por los conquistadores europeos en la actual Costa Oeste de la Unión. Fue territorio español, luego mexicano y finalmente, en 1848, estadounidense. Hoy, San Diego es una ciudad moderna y vibrante que cuenta con unos 1,3 millones de habitantes y es uno de los destinos más visitados de California, con 35,8 millones de arribos registrados en 2018.
Entre otros atributos, sobresale por ser una opción “multitarget”, capaz de satisfacer a familias enteras, parejas, amigos, solitarios e inclusive viajeros corporativos, ya que –según Forbes– se trata del mejor sitio del país para lanzar pequeñas empresas y startups.
DE TODO UN POCO.
En el centro urbano sobresale el Gaslamp District, con 16 cuadras de la avenida Quinta y algunas calles circundantes que cobran gran dinamismo, especialmente de noche, al amparo de decenas de restaurantes, bares y clubes nocturnos en un entorno dominado por una pintoresca arquitectura victoriana.
A pocos pasos sorprende la estructura de un estadio deportivo (sí, ¡en pleno downtown!). Es el Petco Park, que con capacidad para 42.500 espectadores es el hogar de los Padres, el equipo de béisbol de la ciudad. Hacer el tour por sus instalaciones vale la pena, aunque se sepa poco y nada de esa disciplina, ya que se pueden conocer sus lujosas suites, la sala de prensa, el Hall de la Fama y hasta el propio campo de juego.
A unos 2 km. el Balboa Park es algo más que el pulmón verde de la urbe. En sus 490 ha. atesora nada menos que 17 instituciones culturales, nómina que incluye a los museos de Historia Natural, Arte, Automóviles, Trenes y del Hombre, por nombrar algunos. También, claro está, merece un párrafo aparte el San Diego Zoo, considerado uno de los zoológicos más importantes del mundo por sobradas razones. Con más de 3.500 animales de unas 650 especies, fue el pionero en implementar el concepto de estructuras al aire libre, casi sin jaulas y recreando los hábitats naturales correspondientes. Todo un imperdible.
A 10 minutos de allí, en Mission Bay, sobresale otro templo de la vida salvaje y el entretenimiento familiar: SeaWorld. Shows de orcas, delfines y leones marinos; montañas rusas y otras atracciones rebosantes de adrenalina conforman una programación que los fines de semana de verano se enriquece con un desfile de carrozas dedicado a Plaza Sésamo y –los sábados– fuegos artificiales a la hora de cierre.
San Diego se asoma al Pacífico a través de un “skyline” de esbeltas y modernas torres, extensos parques y soleadas playas. ¿Qué mejor que admirar esas vistas desde el mar, a bordo de un lujoso crucero? La oportunidad la brinda la empresa Flagship Cruises & Events a través de una programación que incluye excursiones diurnas de dos horas con un brunch regado con espumante (desde US$ 77) y salidas nocturnas de tres horas con cena gourmet y baile (a partir de US$ 87).
Además, entre diciembre y mediados de abril, Flagship añade a sus propuestas salidas especiales para seguir la migración anual de las ballenas grises de California en travesías de 3,30 hs. narradas por naturalistas (desde US$ 35).
LA BUENA VIDA.
La revista Travel & Leisure calificó a San Diego como la mejor ciudad estadounidense para foodies por su riqueza e innovación culinaria, con sitios para todos los gustos y presupuestos, desde food trucks hasta restaurantes gourmets. Una escena gastronómica que encuentra sus máximos exponentes en platos elaborados con productos frescos de granja o del cercano océano, junto a las mejores recetas que llegan del otro lado de la frontera, desde la Baja California mexicana.
Si bien por razones de espacio es imposible desplegar una lista de restaurantes recomendados, por calidad, innovación y precio, merece una mención Café 21, en el Gaslamp District (802 de la avenida Quinta), cuya cocina solo utiliza productos locales en un ambiente bohemio y vintage. Recomendable el pan sin levadura y las infusiones de fruta. Por las noches, música en vivo.
Además, la urbe ostenta con orgullo el único restaurante del área galardonado por una estrella Michelin. Se trata de Addison, en el Hotel Fairmont Grand Del Mar, a cargo del chef William Bradley y autodefinido como de alta cocina contemporánea. Remedando un viejo eslogan publicitario, “caro, pero el mejor”: menú degustación de cuatro pasos a razón de US$ 90 por persona.
También sobresalen las micro cervecerías, un auge en el mundo entero aquí representado por más de 140 establecimientos, mientras que un centenar de bodegas elaboran vinos que están ganando merecidos reconocimientos y que pueden degustarse en los propios viñedos.
Las compras también tienen aquí su lugar, especialmente si se está en busca de buenas marcas a los mejores precios. ¿Dónde? En Las Americas Premium Outlets, con descuentos reales de hasta el 65% en muchas de las etiquetas favoritas de los argentinos.
El bienestar tiene su respuesta en el Aqua Vie Wellness Spa, en pleno centro, un complejo moderno y lujoso que ofrece un amplio menú de tratamientos corporales pensados para nutrir, purificar y restaurar el equilibrio del cuerpo. Utiliza compuestos activos de origen natural.
El vino y el yoga se dan la mano en Wineries Gianni Buonono Vintners, en el barrio de Ocean Beach, donde se imparten clases de la milenaria disciplina seguida de una copa de vino local. Mente y cuerpo en perfecta armonía.
Por otra parte, el condado de San Diego es un ambiente perfecto para las actividades al aire libre, con 110 km. de playas marinas cuyas aguas descollan para prácticar surf, buceo, esnórquel, kayaking y pesca deportiva, junto a 90 campos de golf y más de 1.000 km. de senderos para hiking y mountain bike en sus parques y reservas naturales.
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