Pocos lugares en el mundo permiten ver dos océanos en un mismo día. En Panamá, la distancia entre el Caribe y el Pacífico se mide en horas, no en días. Su posición geográfica privilegiada permite recorrerla de costa a costa en menos de dos horas, atravesando selvas, lagos y montañas que revelan la asombrosa diversidad natural y cultural del istmo.
Panamá: de un amanecer Caribeño a un atardecer Pacífico
Panamá invita a vivir una experiencia única: contemplar el amanecer en el Caribe y despedir el día con el atardecer sobre el Pacífico, sin necesidad de visa.
Panamá: de un amanecer Caribeño a un atardecer Pacífico
Además, si viajas desde la mayoría de los países latinoamericanos —Colombia, México, Brasil, Argentina, Perú o Chile—, no necesitas visa para entrar. Solo necesitas tu pasaporte y las ganas de vivir una experiencia que une dos mares en un mismo día.
El amanecer en el Caribe
El recorrido comienza al amanecer en la provincia de Colón, en la costa caribeña. El histórico pueblo de Portobelo, con sus fuertes coloniales declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ofrece un escenario perfecto para ver salir el sol sobre el mar tranquilo del Caribe.
El Parque Nacional Portobelo es famoso por su biodiversidad y sus puntos de buceo. Isla Drake e Isla Buenaventura son dos de los mejores lugares para bucear o hacer snorkel, donde los guías locales te llevarán a ver tortugas marinas, peces tropicales y arrecifes de coral.
Un viaje por el corazón del istmo
Desde Colón hasta el Pacífico hay apenas 80 kilómetros que se recorren en unas dos horas, atravesando paisajes de la selva tropical, lagos y pequeñas comunidades. Esta travesía es una oportunidad para que el viajero descubra el alma verde de Panamá.
Una opción inolvidable es tomar el Panama Canal Railway (Ferrocarril de Panamá), el tren histórico que sigue la ruta del Canal, conectando el Atlántico con el Pacífico. En menos de una hora, el viajero llega a la Ciudad de Panamá, una capital moderna y vibrante que alberga dos sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: Panamá Viejo y el Casco Antiguo.
El atardecer en el Pacífico
La jornada culmina en las costas del Pacífico, donde el paisaje se transforma: playas amplias, aguas más cálidas y un ambiente sereno. Desde Playa Coronado, San Carlos o Playa Blanca, es posible disfrutar de un almuerzo con mariscos frescos antes de contemplar el atardecer que tiñe el horizonte de tonos dorados.
Quienes prefieren un cierre urbano pueden hacerlo desde la Calzada de Amador o la Cinta Costera. El sol se esconde tras la silueta de los rascacielos y los barcos que se adentran en el Pacífico, ofreciendo un resumen perfecto de la esencia del país. Los primeros meses del año, de diciembre a marzo, son la mejor época para visitar la Riviera Pacífica, con días soleados y carreteras despejadas.
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