Si buscas un destino que combina aventura, historia y playas idílicas, República Dominicana es tu destino. Y si nos alejamos de este último punto, que es el más importante para los turistas, descubriremos que la isla cuenta con un riquísimo legado que data desde la época de Cristóbal Colón.
República Dominicana: descubre Santo Domingo, la joya del Caribe que respira historia
Además de playas paradisíacas, la capital de República Dominicana es un pedazo de historia viva que vale la pena conocer.
República Dominicana: descubre Santo Domingo, la joya del Caribe que respira historia
Se trata ni más ni menos que el segundo enclave que descubrió Colón en 1492, y dónde el propio hijo, Don Diego, vivió junto con su esposa, María Álvarez de Toledo. Ese palacio hoy en día se lo conoce como el Alcázar Colón y es un museo que está ubicado en la Plaza España, punto en el que suelen comenzar los tours históricos.
Santo Domingo: la primera capital de América
Desde allí comenzamos el recorrido con la primera parada: la Catedral Primada de América. Construida a mediados del siglo XVI por orden del Papa Julio II, es la catedral más antigua de América y el edificio religioso más importante de Santo Domingo. El Panteón de la Patria es otro de los imprescindibles del lugar, un monumento que rinde homenaje a los héroes nacionales. De estilo neoclásico, sirve como mausoleo de los próceres de la independencia dominicana.
En la Plaza España se ubica el Museo de las Casas Reales, una joya cultural que permite a los visitantes sumergirse en la historia de la isla y la época colonial española. El museo se encuentra en un antiguo palacio renacentista, construido en 1511, con el fin de albergar las principales oficinas gubernamentales de la época colonial.
El circuito continúa por la Fortaleza de Ozama, el fuerte más antiguo de América construido por los europeos. A lo largo de los años ha desempeñado un papel crucial en la defensa de la ciudad de ataques de piratas e invasores. Esta fortificación de piedra caliza se encuentra ubicada estratégicamente en la desembocadura del río Ozama, ofreciendo impresionantes vistas del mar. Su edificación transporta a los visitantes a través de siglos de historia.
Boca Chica: una de las playas menos conocidas y más bonitas de República Dominicana
Obviamente, no todo son edificios históricos. A tan sólo 30 km. de Santo Domingo se encuentra Boca Chica, la playa más buscada tanto por locales como por turistas. Como la mayoría de las playas del país, se caracteriza por su costa de arena fina y aguas cristalinas, que suelen estar muy concurridas, especialmente los fines de semana. Durante la semana, es un verdadero paraíso donde se puede descansar y comer de forma lujosa.
El SUP (Stand Up Paddle) se ha convertido en una de las actividades acuáticas más deseadas por quienes disfrutan de las aguas tranquilas y poco profundas de esta y otras playas dominicanas. Al explorar la costa remando, es posible apreciar el famoso bosque de manglares que tiene un nombre muy peculiar: La Matica.
Tours alternativos en Santo Domingo
Pocos saben que República Dominicana es un país rico en materia prima como el cacao: las plantaciones representan el 10% de las áreas verdes del país y son vitales para la protección del entorno natural. Los visitantes pueden hacer el 'Tour del cacao' y visitar la finca La Esmeralda, productora de tabletas de chocolate que se caracterizan por sus notas cítricas y afrutadas.
En el tour se ven todos los pasos necesarios para producir cacao de calidad, abarcando el proceso desde la siembra, la cosecha, la apertura de la mazorca y la extracción de los granos. Luego continúa con el proceso de poscosecha: fermentación y secado, factores determinantes en la calidad del chocolate. Después de eso, en el tour se visita la Fábrica de Chocolate homónima de la finca.
Además, Santo Domingo también es el hogar de un rincón mágico: La cueva de las maravillas. Se trata del primer museo de arte rupestre de las Antillas, con una profundidad de 25 m. bajo tierra, ubicada en la Carretera San Pedro de Macorís – La Romana, en un espejo de agua entre los ríos Soco y Cumayasa. Exhibe más de 500 pictografías de gran valor estético y arqueológico y en algunos puntos, sus techos están repletos de estalactitas.
Algunas de las pictografías de esta cueva han sido asociadas a extraterrestres por estudiosos que dan seguimiento a la huella supuestamente dejada por visitantes de otros planetas cuya presencia impresionó a los primeros habitantes de nuestro mundo.
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