Declarado Parque Nacional en 1919 –y Patrimonio de la Humanidad en 1979–, el Parque Nacional del Gran Cañón del Colorado es uno de los lugares más impresionantes que podrás conocer si visitas la costa oeste de Estados Unidos. Ubicado en Arizona, esta maravilla natural se encuentra a pocas horas de Las Vegas (en Nevada).
Gran Cañón del Colorado: los colores y las formas de lo eterno
Este parque nacional, que hace sentir que estamos en otro planeta, tiene asombrosas fisuras, cañones y barrancas, con capas de roca sedimentadas y de múltiples colores. La excursión es necesaria para todo aquel que quiera alejarse al menos algunas horas de las luces LED y los grandes rascacielos. Y sobre todo de las excentricidades que se encuentran en Las Vegas. Cabe destacar, que lo que mundialmente conocemos de este lugar es la parte oeste del Gran Cañón (West Rim o Grand Canyon West), ya que ésta es la zona del parque más cercana a la ciudad (180 km. aproximadamente).
Aquí te detallaremos cuáles son las mejores excursiones para descubrir el increíble Gran Cañón del Colorado.
1- Visita clásica al Gran Cañón del Colorado
La visita clásica al Gran Cañón comienza temprano. A las 6 de la mañana un bus te recogerá para llevarte a destino. Recuerda que se tardan aproximadamente 2 horas para llegar de Las Vegas al parque nacional. Depende de la compañía que contrates, irás primero a la Presa Hoover (un ícono de Nevada) y al Bosque de Árboles Joshua, la vegetación más común del desierto del Mojave.
Una vez llegado a destino, tendrás que completar un registro y empezar a descubrir lo que el Gran Cañón tiene para ofrecer. Vistas increíbles, colores deslumbrantes y una viva prueba sobre cómo el paso del tiempo impacta en nuestro planeta. La excursión incluye dos puntos distintos del lugar: el Guano Point, uno de los mejores miradores del parque; y el Eagle Point, donde se encuentra la tribu Hualapai.
Luego del almuerzo, obviamente incluido, y un tiempo más de recreación, emprenderemos nuestra vuelta a destino, terminando así la excursión diaria.
2- Visita clásica + Skywalk
Es prácticamente lo mismo que la primera opción pero se le añade un punto más de vértigo a la excursión. El Skywalk es nada más ni nada menos que una pasarela con suelo de cristal colgada al borde del cañón. El suelo transparente da la sensación de estar pisando en el aire y puede ocasionar bastante miedo en quienes sufren el mal de altura. Claro, estaremos caminando sin ver suelo a 1.300 m. de altura.
Cabe destacar que, por motivos de seguridad y para beneficio de la organización, todos los dispositivos electrónicos y capaces de tomar una fotografía deben quedar en una taquilla habilitada en la entrada. Una vez fuera, hay fotógrafos que gentilmente te sacarán imágenes por una módica suma.
3- Paseo en helicoptero por el Gran Cañón
Es la mejor forma de conocer el Gran Cañón, pero también la más costosa. Tiene un costo adicional por sobre la visita guiada tradicional ya que cuenta con un vuelo en helicóptero de 12 minutos en los que descenderás hasta la base del cañón. La sensación de estar volando entre los paredones y sentir su intensidad es, sin dudas, algo que todos debemos experimentar al menos una vez en nuestras vidas.
La frutilla del postre es que una vez que nos encontremos en la base del Gran Cañón podremos disfrutar de un paseo en barco de 15 minutos por el río Colorado.
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