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Manchester: fábrica de sonidos para el mundo

La ciudad cuna de Rolls-Royce, tan atractiva por su arquitectura victoriana combinada con modernas construcciones, fue y sigue siendo una gran usina musical, de donde salieron algunas de las bandas de rock y pop más importantes de los años '80 y '90.

Ubicada en el norte de Inglaterra, sobre la ribera este del río Irwell, Manchester es la segunda ciudad en importancia del país. Fundada por los romanos –que levantaron un asentamiento al que llamaron Mancunium–, fue cuna de la revolución industrial a mediados del siglo XVIII, sede del nacimiento de Rolls Royce a comienzos del siglo XX, y usina de parte del mejor pop y rock que se escuchó en el mundo durante las décadas de los ‘80’ y ‘90.

Su fisonomía se resume en la mezcla de distinguidos edificios de estilo victoriano con modernas construcciones y torres de cristal. En ese ecléctico paisaje sobresalen el señorial Ayuntamiento, de estilo neogótico; la Catedral gótica, y la llamativa torre Beetham, además del edificio Urbis, una impresionante estructura de cristal que alberga al National Football Museum.

Al no ser una urbe gigante, el visitante puede recorrerla caminando, aunque también es posible trasladarse de un atractivo al otro en bus o tren urbano, este último una especie de moderno tranvía que conecta al centro con los principales distritos de los alrededores.

De esta manera es posible visitar otros sitios de interés como el famoso Estadio Old Trafford, donde juega de local el Manchester United; el Jardín Botánico, en el suburbio de Didsbury; el exquisito Midland Hotel, sitio donde por primera vez cenó un rey en un lugar público (la reina Isabel en 1959); los tradicionales pubs de las zonas de Rusholme y Bridgewater Canal, el complejo de teatro y arte The Lowry, los bares del barrio Quays, los pequeños teatros de Oxford Road, y los múltiples museos y galerías de arte.

LA ERA “MADCHESTER”.

Otro lugar de relevancia es el ex Free Trade Hall, una elegante edificación de 1856 –en la que actualmente funciona un hotel Radisson– donde ocurrieron dos acontecimientos musicales que quedaron como hitos en la historia del rock. Uno de ellos fue la presentación de Bob Dylan en 1966, oportunidad en la que un espectador –molesto por el viraje del músico hacia la electrificación de su repertorio folk– le gritó “¡Judas!”, momento que quedó registrado para siempre en un disco pirata de la época, más tarde editado oficialmente. La otra, más relacionada con el ámbito local, fue el recital –el 4 de junio de 1976– de los Sex Pistols. Cuenta la leyenda que sólo había 42 personas en la sala del establecimiento –The Lesser– donde se realizó el concierto. Pero para aquellos pocos muchachos, el show de la banda punk fue determinante: fue tal el impacto que muchos de ellos decidieron en ese mismo instante formar sus propios grupos. Entonces, de aquella legendaria noche surgieron bandas decisivas como Joy Division, The Smiths y The Fall, además del sello independiente Factory Records, fundado en 1978 por dos de aquellos pocos asistentes: Tony Wilson –que regenteaba un club nocturno con el mismo nombre– y Martin Hannett, más tarde gran productor de discos.

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Fue esta compañía la que editó obras fundamentales como “Unknown Pleasures”, de Joy Division; además de producciones de New Order, Happy Mondays, The Durutti Column y A Certain Ratio, todas estas bandas locales, al igual que The Charlatans, James y 808 State, que formaron parte de la misma movida aunque grabando en otras discográficas.

Factory también editó trabajos de grupos de otras ciudades, tal el caso de Orchestra Manouvres in the Dark (OMD) y Cabaret Voltaire. Parte de su historia fue registrada en la película “24 Hour Party People”, de Michael Winterbottom, que en 2002 fue vista por millones de melómanos del mundo entero y “oficializó” la relevancia de la ciudad inglesa como usina musical.

Más adelante, en 1982, junto a dos socios, los propietarios del sello abrieron el famoso club nocturno The Hacienda, que concentró el espíritu de lo que se llamó “Madchester”, nombre que recibió la escena que aglutinaba a bandas que combinaban el rock y la psicodelia con la música dance, sobre todo la que hacían sonar los DJ’s en el flamante local. El concepto, tomado del nombre del EP grabado por Happy Mondays en 1989, “Madchester Rave On (Hallelujah)”, también se extendía a la vestimenta de los jóvenes: jeans holgados y acampanados, camisas muy coloridas y sombreros. En poco tiempo, el estilo “Madchester” se expandió a toda Gran Bretaña, sobresaliendo bandas como Primal Scream, con su disco “Screamadelica”; y Blur, con su primera producción “Leisure”.

La época de The Hacienda –donde los Smiths tocaron en tres oportunidades, y donde Madonna concretó su primera presentación en el Reino Unido, en 1984– coincide con el crecimiento de dos bandas relevantes de la ciudad: The Stone Roses y, sobre todo, Oasis, que durante los ‘90 definieron el sonido del rock inglés.

Es este resumido panorama el que conforma la mística musical de Manchester, que es uno de los principales atractivos por los cuales llegan a visitarla miles de turistas de todo el mundo.

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ECOS DE LOS LUNES FELICES.

Para conocer los sitios fundamentales relacionados con aquella escena musical, el visitante puede hacerlo por su cuenta, previa consulta en sitios de Internet; o recurriendo al libro “The Manchester Musical History Tour” (Empire Publications), que incluye múltiples referencias a clubes desaparecidos y sitios donde dieron sus primeros pasos muchas de las bandas de la movida.

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Otra alternativa es recurrir a Manchester Music Tours, compañía que ofrece itinerarios en bus, combi o a pie, siendo las propuestas los circuitos “The Smiths”, “Joy Division”, “Oasis”, “The Stone Roses” y “Factory Records”. Si uno no es un fan acérrimo de alguna de esas bandas, lo aconsejable es efectuar el tour a pie, que brinda un pantallazo general y contempla sitios donde se filmaron videos emblemáticos, bares donde debutaron los grupos, estudios de grabación, domicilios de la infancia de los músicos, locaciones utilizadas en el citado filme “24 Hour Party People”, el hermoso edificio de ladrillo donde funcionaba The Hacienda y el lugar en el que desarrolló su actividad Factory Records, donde hoy funciona el club nocturno Fac 251, que de algún modo intenta revivir el espíritu de “Madchester”.

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Respecto al tour vinculado a Oasis, el recorrido incluye The Boardwalk, el ex club nocturno donde dieron sus primeros shows; la tienda Johnny Roadhouse, donde compraron sus primeros instrumentos; la escuela primaria a la que asistieron, varios domicilios donde vivieron, y Sifters, la disquería donde compraban discos, mencionada en el tema “Shakermaker”, incluido en el primer disco de la banda, “Definitely Maybe”. Aquel que lo desee puede ir a Sifters por su cuenta. La famosa tienda está ubicada en el suburbio de Didsbury, a sólo 7 km. del centro de Manchester.

También hay disquerías interesantes –de nuevos y/o usados– en el barrio de aires bohemios Northern Quarter, sobre todo en su calle principal, Oldham Street, donde también abundan tiendas de ropa y excéntricos locales.

En cuanto al tour sobre The Smiths, entre otros tantos lugares contempla el Palace Theatre, uno de los principales teatros de la ciudad, por cuyo escenario pasaron desde Frank Sinatra hasta los Beatles y los Rolling Stones. La banda de Morrisey actuó allí en 1985, en el marco de la gira del disco “Meat is Murder”.

NOSTALGIA Y FUTURO.

En el centro cabe también una visita a Pretty Green, el local de ropa propiedad de Liam Gallagher. Abierto en 2010 en el 81 de King Street, la tienda ofrece vestimenta de excelente calidad, destacándose las camperas estilo piloto.

Asimismo, es interesante entrar al Manchester Museum of Science and Industry (MOSI) -gratuito, como el resto de los museos- y apreciar algunos objetos que se han conservado de The Hacienda y Factory Records, incluida la puerta principal del mítico club nocturno y una gran variedad de afiches, flyers y accesorios.

Las alusiones a la música también están presentes en la fachada trasera de Affleck's Palace, en el cruce de Oldham Street con Church Street, un complejo de pequeñas tiendas de jóvenes diseñadores de indumentaria. Allí, sobre la calle Tib Street, hay un mural de mosaicos que alude al episodio “Judas” de Bob Dylan, a la vez de homenajear a músicos locales.

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Por último, subiendo por Whitworth Street West se llega a The Ritz, establecimiento que fue salón de baile en los años ‘20’, acogió actuaciones de The Smiths, Happy Mondays y The Stone Roses en los ‘80 y ‘90, y aún hoy sigue siendo recibiendo a bandas de renombre como los Artic Monkeys, entre otros.

Éste es un inmejorable sitio para culminar el paseo musical por Manchester, que a pesar de haber sido definido por las bandas mencionadas, no se queda en el pasado y continúa dando nuevos sonidos que pronto, sin dudas, conquistarán los escenarios y medios más relevantes del mundo.

www.visitmanchester.com

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