Lima, la capital del Perú, rebosa historia y encanto en cada rincón. Su pasado virreinal y su evolución hasta convertirse en una metrópolis se reflejan en su arquitectura imponente y su vibrante cultura. Entre sus calles y edificios, hay algunos lugares emblemáticos que todo visitante debe explorar para sumergirse en el corazón histórico de la ciudad.
A continuación, te llevaremos en un recorrido por estos tres tesoros arquitectónicos que narran la historia de Lima y su evolución a lo largo de los siglos.
1. Plaza Mayor: el corazón de Lima
La Plaza Mayor de Lima, también conocida como Plaza de Armas, es el punto de partida ideal para cualquier exploración de la ciudad.
Inaugurada en 1535 por Francisco Pizarro, fundador de Lima, esta plaza ha sido el escenario de eventos históricos cruciales, desde la proclamación de la independencia del Perú hasta la celebración de diversas festividades religiosas y cívicas.
Rodeada de edificaciones coloniales como el Palacio de Gobierno, el Palacio Municipal y la Catedral de Lima, la Plaza Mayor es el corazón palpitante de la ciudad. El diseño armonioso de la plaza, con su fuente de bronce del siglo XVII en el centro, invita a los visitantes a retroceder en el tiempo y contemplar la grandeza del pasado virreinal de Lima.
2. Catedral de Lima: un tesoro de fe, cultura y arquitectura
Justo frente a la Plaza Mayor se alza majestuosa la Catedral de Lima, un símbolo imponente de la fe y la cultura del Perú. Construida sobre el mismo terreno donde se levantaba un templo inca, la Catedral es un testimonio viviente de la mezcla de culturas que caracteriza a la ciudad.
Su construcción comenzó en 1535 y ha sido remodelada varias veces a lo largo de los siglos, lo que le otorga una mezcla fascinante de estilos arquitectónicos, desde el renacentista hasta el neoclásico. Dentro, los visitantes pueden maravillarse con los retablos dorados, las capillas laterales y el impresionante mausoleo donde descansan los restos de Francisco Pizarro.
La entrada general a la Catedral tiene un costo de US$ 3, lo que permite acceder no solo a la nave principal, sino también al Museo de Arte Religioso y al tesoro de la Catedral.
3. Convento de San Francisco: historia viva bajo tierra
Por último, el Convento de San Francisco es otra parada obligatoria para los amantes de la historia y la arquitectura. Este monumental complejo religioso, construido en 1673, es famoso por su iglesia barroca y sus catacumbas subterráneas, que sirvieron como cementerio hasta el siglo XIX.
Las bóvedas y galerías del convento albergan una impresionante colección de arte virreinal, incluyendo una biblioteca con miles de libros antiguos y manuscritos de incalculable valor.
La iglesia, con su fachada tallada y sus detalles en madera, es un ejemplo impresionante del barroco limeño. Un recorrido por el Convento de San Francisco cuesta US$ 4 e incluye una visita guiada por las catacumbas, un recorrido que te llevará a lo profundo de la historia limeña, entre túneles oscuros y huesos que han permanecido allí por siglos.
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