Recibir cerca de 49 millones de pasajeros anuales (y recibir US$ 14 mil millones gracias a sus gastos) hablan a las claras de la importancia turística de Dallas. La ciudad más grande de Texas si se tiene en cuenta su área metropolitana: 6,8 millones de habitantes.
El lado vibrante y seductor de Texas
Pero lo que la hace interesante no es su tamaño, sino sus numerosos atractivos, con el mayor distrito de arte de Estados Unidos a la cabeza y el sistema de parques urbanos más grande del país, con 381 espacios verdes. Además, interesa su pasado por ser el lugar –entre otros hitos históricos– donde asesinaron al presidente John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963.
American Airlines dispone de un vuelo diario y sin escalas entre Buenos Aires y Dallas, el principal centro de conexiones de la compañía, desde donde opera a, prácticamente, el mundo entero. Pero la ciudad se merece algo más que transitar su aeropuerto (moderno y eficiente, por cierto) para cambiar de avión y seguir a otro destino.
Como suele suceder en muchas urbes de la Unión, aquí las distancias son largas y para ir y venir lo más útil es alquilar un auto. Con un GPS, waze u otra app en el teléfono, pues la red de autopistas confunde bastante.
LOS IMPERDIBLES.
Comencemos el recorrido por uno de los puntos turísticos más importantes de la urbe, el Dallas Arts District, una zona de 19 cuadras que alberga museos, teatros, restaurantes, oficinas y residencias. Resultado de un plan que implicó 30 años de desarrollo, sus construcciones vanguardistas combinan las firmas de cuatro arquitectos ganadores del premio Pritzker con algunos inmuebles que datan de 1880.
Hay un tour guiado, a pie y en inglés, que permite conocer interesantes detalles del área. Se ofrece los primeros y terceros sábados de cada mes a las 10 desde la entrada del Museo de Arte (Flora y Harwood). Dura 90 minutos y tiene un costo de US$ 10.
Imperdible, precisamente, una visita al citado museo, en cuyos 33.300 m² se despliega una colección de 22 mil obras que abarcan 5.000 años de creatividad en el mundo. Otro sitio para tener en cuenta es el Centro de Esculturas Nasher, cuyo patrimonio incluye más de 300 obras realizadas por Calder, Matisse, Miró, Picasso y Rodin, entre otros célebres artistas.
En esta zona, el Centro de Espectáculos AT&T, de 2.200 asientos, suele presentar shows de primer nivel, mientras que en el Centro Sinfónico Morton H. Meyerson es posible disfrutar de alguna presentación de la Orquesta Sinfónica de Dallas, considerada como la más significativa del sudoeste de la Unión.
En el centro urbano también está el lugar que todos quieren conocer: la plaza Dealey, en la intersección de Elm y Houston. El lugar donde mataron a Kennedy. Según la versión oficial, el único asesino, Lee Harvey Oswald, le disparó con una escopeta desde el sexto piso de un edificio adyacente, apostado entre cajas de libros. El sitio permanece intacto y es el eje central del Sixth Floor Museum, donde se atesoran varias evidencias (audios, fotos, películas) del crimen más importante del siglo pasado.
La ciudad, claro está, tiene algo más que museos. Y para recorrerla, nada mejor que hacerlo al viejo estilo, a bordo de un tranvía. El McKinney Avenue Trolley circula todos los días, gratuitamente, a través del Dowtown, el distrito de artes y el Uptown.
Para observar la urbe a vuelo de pájaro, la Reunion Tower cuenta con un observatorio que desde sus 170 m. de alto lleva a que el horizonte se pierda entre las verdes praderas texanas. Cuenta con telescopios de alta definición y pantallas táctiles interactivas, abre hasta las primeras horas de la noche y el ticket cuesta US$ 17.
SABORES TEXANOS.
El estado de Texas es famoso por la calidad de sus carnes, a la altura de las argentinas, sin dudas. Y un buen lugar para disfrutar de deliciosos cortes es el restaurante Winewood, en Grapevine, cerca del aeropuerto. Favorito de la gente local, tiene entre sus imperdibles al ojo de bife (US$ 36). Impresionante carta de vinos, con centenares de etiquetas (argentinas incluidas).
Para una cena elegante, Fearing´s, en el Ritz-Carlton Dallas, no defrauda. De la mano de un reconocido chef local asegura brindar “sabores audaces, sin fronteras”. Foie gras, ostras, langosta de Maine, carne de búfalo y otras delicias brillan en el menú. Calcular US$ 60 por persona para una comida completa.
¿Ganas de un rico plato de pasta? Porta di Roma (1623 Main Street) puede ser la respuesta. Sencillo y de precios amables, allí pueden degustarse clásicos como el fettuccine Alfredo (US$ 14), lasagna (US$ 13) o ravioli di mare (US$ 16).
La fiebre de las cervecerías artesanales también llegó a Dallas, donde The Ginger Man, en el Uptown, suena como algo más que una moda. Funciona desde 1992 y sobresale por su salón estilo pub, con una biblioteca y balcón en la planta superior, y un jardín cervecero al fondo. La carta ostenta centenares de marcas (tiradas y en botella). Hay música en vivo los sábados desde las 20 y los domingos a partir de las 15.
A la hora de las compras, la ciudad despliega oportunidades similares a las de los destinos más populares de la Unión. Grapevine Mills, por ejemplo, es un outlet de las afueras con 180 tiendas vendiendo directo de fábrica con descuentos que pueden llegar al 70%. Un desfile de grandes marcas que comprende a Nike, Forever 21, Victoria´s Secret, Disney, Gap, Levi´s y Tommy Hilfiger, entre muchas más.
Más distinguido y elegante, NorthPark Center reúne en sus 180 mil m² lo más top de la moda internacional, desde Armani y Hugo Boss a Bulgari y Gucci. Dispone también de cuatro grandes tiendas por departamento, un local de Apple, un complejo con 16 pantallas de cine, patio de comidas y restaurantes gourmet. No son precios de outlet, pero suelen encontrarse convenientes liquidaciones.
Si el tiempo de estadía lo permite, la urbe tiene muchos más sitios de interés para visitar. Como, por caso, el AT&T Stadium, el hogar del equipo de fútbol americano Dallas Cowboys, en la cercana Arlington, la estructura con forma de domo más grande del mundo, coronada con la pantalla de video de HD de mayor tamaño jamás construida: 1.025 m². Fabricarla demandó US$ 40 millones. Se puede visitar todos los días en los que no hay partidos.
El Texas State Railroad propone un viaje al pasado recorriendo 80 km. de vías férreas por los bosques y colinas de Pine Woods y los pueblos de Palestine y Rusk en una formación compuesta por una locomotora a vapor y vagones centenarios cuidadosamente restaurados. La travesía dura 4 hs. y las tarifas comienzan en US$ 49,95.
Superficie: 999,30 km².
Habitantes: 1,3 millones; 6,8 millones con el área metropolitana.
Cómo llegar: American Airlines ofrece un servicio diario y sin escalas entre Buenos Aires y Dallas en aeronaves Boeing 777-200. El tiempo de vuelo es de unas 11 hs.
Clima: cálido, con una temperatura media anual de 18,9° C. El mes más caluroso es julio, con un registro promedio de 29,6° C.
Corriente eléctrica: 110 voltios.
Hotelería: la región metropolitana dispone de más de 78 mil habitaciones hoteleras. Una excelente opción de término medio es la del Hampton Inn & Suites Dallas Downtown, con 176 amplias habitaciones en pleno centro. Tiene wi-fi y desayuno buffet gratis. Tarifas desde US$ 110.
Informes: www.visitdallas.com
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