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Patagonia hace 100 años: un páramo y una vida difícil

Las historias de los pioneros son difíciles, plenas de aventura, sacrificio pero también pasión. Hoy conocemos una de ellas: la de Santiago Peso, un inmigrante que dejó su huella en la Patagonia.

Santiago Peso fue un yugoslavo que llegó a Argentina a principios del siglo XX. Se instaló en tierras fiscales, ubicadas a orillas del brazo sur del lago Argentino, dentro del actual Parque Nacional Los Glaciares, poblando aproximadamente 20 mil hectáreas.

En 1924, en un viaje a Río Gallegos, conoció a María Martinic, también yugoslava, con quien se casó en 1925. El matrimonio tuvo cuatro hijos: Adolfo quien fallece al año y medio, Radoslaba (apodada Nini), Ángela (apodada Bebe) y María (apodada Porota).

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La montaña, el lago y el bosque forman parte de la escenografía patagónica.
La montaña, el lago y el bosque forman parte de la escenografía patagónica.

¿CÓMO ERA LA PATAGONIA ANTES DEL TURISMO?

Inmensa, con caminos llenos de obstáculos, ríos helados y un clima poco amigable: así se mostraba (y aún se muestra hoy) la Patagonia. La diferencia es que antes no había nada. Los pioneros tuvieron que sortear esos escollos para iniciar la vida desde cero.

Por caso, Santiago Peso tuvo que transportar los materiales para construir infraestructura a lomo de caballo y carros tirados por bueyes a través de una estepa infinita, vadeando ríos e internándose en la cordillera de los Andes.

El esfuerzo dio sus frutos: levantó tres puestos que siguen siendo utilizados en la actualidad, hizo 53 mil m. de alambrado para separar la inmensa Patagonia en potreros y edificó el casco principal de la estancia La Jerónima, que hoy subsiste devenida en Nibepo Aike.

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El caso de una estancia centenaria, Nibepo Aike, que hoy atiende al turismo.
El caso de una estancia centenaria, Nibepo Aike, que hoy atiende al turismo.

Una vez al año viajaban a Río Gallegos, distante a 380 km., para vender la producción de lana y reponer víveres para el resto del año. La aventura duraba unos 20 días y consistía en una expedición conformada por una formación de carretas (chatas), tirada cada una por 18 animales entre caballos y mulas.

Las chatas fueron el único medio de transporte de carga hasta mediados del siglo XX. Era una expedición compleja y riesgosa. Tenían que sortear varios inconvenientes, roturas de ruedas y de ejes, animales cansados, intervenciones de otros pueblos en el camino, etc.

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El mate acompañando el fogón desde tiempos lejanos, cuando la Patagonia era un páramo.
El mate acompañando el fogón desde tiempos lejanos, cuando la Patagonia era un páramo.

LA ESTANCIA.

En 1937 es declarado el Parque Nacional Los Glaciares, y posteriormente, Patrimonio de la Humanidad, quedando las tierras de Nibepo Aike dentro de sus límites.

La estancia pasó a manos de Nini y Juan Enrique Jansma en los años 70. Y fue él quien abrió las tranqueras al turismo.

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Una vista desde la estancia.
Una vista desde la estancia.

En la actualidad su hijo Adolfo le da continuidad al proyecto: una auténtica estancia patagónica, que ofrece la posibilidad de alojarse en la casa original del casco o pasar el día para saborear el exquisito cordero y poder ingresar al menos un poco en la historia de este maravilloso lugar.

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