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Belice: 6 razones para descubrir un destino singular

Playas, montañas, sitios arqueológicos y muchas aventuras conforman el vasto menú turístico de Belice, la joya poco conocida del Caribe.

Aunque la frase “pequeño gran país” pueda parecer algo gastada para un destino turístico, en el caso de Belice se vuelve totalmente válida: pequeño, porque ocupa tan sólo 22,9 km², o sea 85 veces menor que su vecino México; grande, por la gran variedad de oportunidades que atesora para disfrutar de unas vacaciones diferentes.

Además, Belice es un país joven: alcanzó su soberanía del Reino Unido en septiembre de 1961; y cuenta con una baja densidad poblacional: apenas 440 mil habitantes.

Turísticamente hablando, Belice es poco conocido en América Latina, pues hasta ahora sus acciones de promoción estuvieron enfocadas en dos mercados clave, Estados Unidos y Canadá por cuestiones fundamentalmente idiomáticas. Claro, el idioma oficial de Belice es el inglés, pero gran parte de su población domina el español.

Belice: foco en América Latina

Pero ahora Belice busca su reconocimiento en Latinoamérica a través de una oferta verdaderamente diferencial que al clásico “sol y playa” del Caribe le suma tesoros arqueológicos de origen maya, cuevas míticas, reservas marinas y selváticas, y un verdadero mosaico de culturas que se expresan en la cocina, la música, el arte y en un pueblo de auténtica cordialidad, algo difícil de encontrar en otros lugares.

Llegar no es complicado. Desde Panamá, Copa Airlines ofrece conexiones desde las principales ciudades de América Latina, en tanto que American, Delta y United disponen de vuelos desde sus principales hubs en Estados Unidos.

A continuación, seis razones que justifican sobradamente un viaje a esta joya turística del Caribe.

1. Xunantunich, gran legado maya

En el distrito de Cayo, cerca de la frontera con Guatemala, se levanta Xunantunich, un sitio arqueológico de origen maya que ocupa cerca de 2,6 km² de superficie. Incluye seis plazas rodeadas de más de 25 templos y palacios que fueron construidos entre los siglos III y X de nuestra era.

Vale la pena ascender hasta la cima de la pirámide más alta, “El castillo”, coronado por figuras sobre piedra que representan a dioses estelares y desde donde se divisa el verde infinito de la selva circundante. El esfuerzo lo justifica.

Para llegar es necesario hacer un breve y pintoresco cruce en balse por el rio Mopán, que atraviesa Belice de oeste a este.

Estos no son los únicos sitios arqueológicos que habitaron los mayas, presentes en la zona desde 200 a.C.; hay otros igualmente valiosos como Caracol, Altún Ha, Cahal Pech, Lamanai y Lubaantún, por citas algunos.

2. El Mopán: secretos de la jungla

Navegar por las serenas y zigzagueantes aguas del río Mopán, entre el corazón de la selva y al pie de majestuosas montañas que conservan misterios de los mayas, es una experiencia diferente y recomendable por igual.

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"Jungle Pontoon Tour" sobre el río Mopán, una experiencia recomendable.

La empresa familiar Jungle Splash Eco Tours ofrece un relajante paseo de día completo a bordo de un barco hecho con pontones, el Jungle Gypsy, que tiene dos momentos inolvidables: llegar a la casi oculta cascada Sandpaper, de 40 m. de altura, para disfrutar de un refrescante chapuzón en su laguna; y degustar una rica barbacoa con la embarcación amarrada junto a Twin Falls, dos cascadas que nacen tras una imponente barrera de granito.

3. San Pedro, “la isla bonita”

En el cayo Ambergris, a pocos minutos de vuelo desde Belize City, sobresale San Pedro, una centenaria aldea de pescadores que gracias a la calidad de sus playas ostenta la mayor concentración de hoteles y resorts del país.

Dos curiosidades de Ambergris (40 km. de largo por 1,6 km. de ancho): por sus calles circulan más carritos eléctricos tipo golf que autos, y, se dice, fue la fuente de inspiración de Madonna para coescribir la exitosa canción “La isla bonita”.

Cerca de sus costas se encuentra la barrera del coral más grande del hemisferio norte, designada Patrimonio de la Humanidad por Unesco, con enclaves únicos para practicar deportes acuáticos.

Recomendaciones: tomar uno de los románticos “sunset cruises” que se ofrecen desde el puerto local y disfrutar de un tour de esnórquel en las cristalinas aguas de la cercana Reserva Marina Hol Chan.

4. Sorprendente: el ”Gran agujero azul”

A 100 km. de la costa beliceña, sobre el arrecife Lighthouse, se encuentra The Great Blue Hole, un extraño círculo de unos 300 m. de ancho por 123 m. de profundidad de piedra caliza que atrae a buceadores del mundo entero deseosos de explorar los peces, esponjas y corales que lo habitan.

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El sorprendente

El sorprendente "The Great Blue Hole", parte de la gran barrera de arrecifes de Belice.

Este sitio lo hizo famoso en oceanógrafo francés Jacques Cousteau, que en 1960 realizó una primera inmersión y lo incluyó entre los diez mejores sitios para bucear del planeta.

La aerolínea Tropic Air ofrece sobrevuelos desde el aeropuerto de San Pedro, en el cayo Ambergris. Imperdible.

5. Cueva St. Herman, naturaleza y misticismo

A pocos minutos de la ciudad de Belmopán, capital de Belice, escondidas tras unos 20 minutos de caminata, se halla la cueva del Parque Nacional St. Herman, que puede explorarse haciendo “tubbing” (flotar por su río interno en una cámara y un casco provisto de linterna).

Esta cueva rocosa, repleta de grandes y sorprendentes formaciones de estalactitas y estalagmitas, conserva pinturas murales y restos cerámicos que remiten a rituales mayas.

El mejor momento: cuando el guía invita a apagar las linternas y dejarse llevar algunos minutos por la suave corriente, en silencio y bajo la oscuridad. Una sensación única, dominada por la fuerza de lo desconocido.

Otras cuevas, igualmente míticas e interesantes, son las de Barton Creek, Branch y Actún Tunichil Muknal, entre otras.

6. Sabores y ritmos de Belice

Los interesados en sumergirse en la cultura local tienen en la comunidad de San Antonio, en el oeste de Belice, una excelente opción: la cooperativa Women´s Group. En este sencillo pero hospitalario lugar, mujeres locales enseñan una manera de vivir, explicando cómo se elaboran las comidas típicas con ingredientes naturales -para luego degustarlas– y a crear artesanías en barro.

Al este de Belice, el poblado costero de Hopkins invita a conocer la singular cultura garífuna, grupo afro-caribeño arraigado en varias regiones del Caribe, muy celebrado por la energía de su música, dominada por tambores. En Labeha Drumming Center, los visitantes son invitados a compartir una sesión de sus ritmos y danzas, seguida por una degustación de platos típicos también preparados con ayuda de los viajeros.

Belice en la web: Travel Belize

Galería de imágenes

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El Sitio Arqueológico Xunantunich, en el oeste de Belice, imponente testimonio del paso de los mayas por la región.

El Sitio Arqueológico Xunantunich, en el oeste de Belice, imponente testimonio del paso de los mayas por la región.

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Esnórquel en la Reserva Marina Hol Chan, cercana a Ambergris Caye.

Esnórquel en la Reserva Marina Hol Chan, cercana a Ambergris Caye.

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"Lobster Fest" en los cayos de Belice, un verdadero manjar.

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"Sunset Cruise" en San Pedro, un paseo relajante y romántico.

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Explorando la caverna St. Herman, una larga catedral que atesora secretos de la cultura maya.

Explorando la caverna St. Herman, una larga catedral que atesora secretos de la cultura maya.

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"Butterfly Falls", un regalo de la naturaleza en la selva del oeste de Belice.

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Suenan los tambores en Hopkins, símbolo del corazón y el alma de la cultura garifuna.

Suenan los tambores en Hopkins, símbolo del corazón y el alma de la cultura garifuna.

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