La región de Atacama en el norte de Chile es protagonista de un fenómeno único: el Desierto Florido. Solo algunos años las lluvias invernales despiertan semillas dormidas por años, dando paso a un manto de flores lilas, amarillas, rosadas y blancas que cubre uno de los desiertos más áridos del planeta.
Desierto Florido: un milagro de colores en el norte de Chile
Esta primavera el norte de Chile es escenario de un fenómeno único: el Desierto Florido, donde más de 200 especies nativas cubren el árido paisaje de Atacama.
Chile: el Desierto Florido es un viaje que no te puedes perder en la región de Atacama.
Desde La Serena hasta el Parque Nacional Llanos de Challe, el paisaje se transforma en una postal viva que atrae a viajeros, fotógrafos y científicos de todo el mundo. Observarlo de cerca es una experiencia sensorial única y un recordatorio del poder de la naturaleza en su máxima expresión.
El desierto más árido florece
El Desierto Florido no ocurre todos los años: se estima que se da cada 3 o 5 años. Solo cuando las lluvias son suficientes, las semillas que permanecen bajo tierra germinan al unísono, dando origen a un espectáculo natural que sorprende por su intensidad y su corta duración.
Este 2025 la floración ya comenzó y se espera que su auge se de durante todo octubre, especialmente en las zonas costeras e interiores de Atacama.
Más de 200 especies nativas, muchas de ellas endémicas, florecen simultáneamente. Entre las más llamativas están la añañuca, la pata de guanaco, la Copiapó y la margarita del desierto.
Durante estas semanas, insectos, aves y pequeños mamíferos aprovechan la abundancia de alimento, reactivando un delicado equilibrio ecológico que solo se da en esta parte del mundo.
Llanos de Challe y pueblos costeros
Uno de los lugares más emblemáticos para disfrutar del fenómeno es el Parque Nacional Llanos de Challe, ubicado cerca de Huasco. Este santuario natural alberga una biodiversidad única: guanacos, aves costeras y una flora adaptada al clima extremo del desierto costero.
Caminar por sus senderos permite apreciar de cerca especies como los lirios del campo y las añañucas, en un entorno donde los cerros áridos se mezclan con el mar cercano. La combinación de flores, arena y brisa marina genera una sensación difícil de olvidar.
La ruta del Desierto Florido invita a descubrir también la vida costera del norte chileno. Localidades como Vallenar o Huasco ofrecen una experiencia distinta, con su gastronomía marina, su gente hospitalaria y un ambiente donde el desierto se funde con el Pacífico.
Más allá de las flores: playas y cielos del norte
Quienes deseen extender la experiencia pueden visitar Bahía Inglesa o Playa La Virgen, dos joyas costeras cercanas a Caldera. Sus aguas turquesas y arenas blancas ofrecen el contraste perfecto tras un día entre flores y desierto.
Además, la región de Atacama es famosa por sus cielos despejados, ideales para la observación astronómica y las noches bajo las estrellas.
Existen programas de tres días que recorren el Desierto Florido, el Parque Llanos de Challe y los pueblos cercanos, combinando naturaleza, confort y cultura local.
La Serena es un punto de partida ideal por su conectividad y oferta hotelera, desde donde se realizan excursiones guiadas que incluyen traslados, alojamiento y comidas regionales.
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