Localizada en el litoral de Ceará, a 300 km. al oeste de Fortaleza, en el norte de Brasil, Jericoacoara abre sus puertas al mundo en el marco de una imponente naturaleza donde destacan dunas, lagunas y paradisíacas playas. Se trata de un área de protección ambiental a la que se accede en 4x4, a los saltos entre las dunas.
Jericoacoara: un lugar en el mundo para admirar la naturaleza
Jericoacoara es una playa ancha y singular rodeada de dunas y lagunas paradisíacas en el norte de Brasil que enamora a los viajeros.
Jericoacoara: un lugar en el mundo para admirar la naturaleza
Aunque hace calor todo el año, este destino es especial para visitar en las vacaciones de invierno de los países de la región, ya que se da un espectáculo único.
El salto a la fama de Jericoacoara.
En 1994, Jericoacoara saltó a la fama cuando la "Washington Post Magazine" la eligió como una de las 10 playas más hermosas del mundo.
El que había sido un pueblo de pescadores con el paso de los años, se convirtió en uno de los destinos más deseados por los amantes de la naturaleza.
Su bella y diversa geografía de enormes dunas móviles, lagunas de aguas cristalinas, curiosas zonas de manglares, extensiones de altas palmeras, cavernas y muchísimos kilómetros de playa se suma a un ritmo relajados y aire cosmopolita para crear un destino único.
Hay diferentes versiones acerca del origen del extraño y sonoro nombre de Jericoacoara. Algunos dicen que viene de la lengua indígena tupí y quiere decir algo así como "agujero de las tortugas", en referencia a los animales que habitualmente desovan en esas playas.
Algunos de los pescadores más viejos, sin embargo, dicen que proviene de la forma de la pequeña sierra sobre la que se construyó el faro del pueblo, que parece un yacaré acostado al sol, al que los pobladores locales se referían como "Jacarequara".
Qué hacer en Jericoacoara en el litoral de Ceará
En Jericoacoara hay mucho para hacer: desde tranquilas caminatas y paseos a caballo hasta deportes como el sandboard y el windsurf. Los puntos de interés turístico son tantos y tan diversos que cuesta creer que se encuentren tan cerca unos de otros.
Una postal de Jericoacoara es la famosa "Pedra Furada", una roca oscura que como su nombre lo indica tiene un agujero en el centro, formando una especie de arco esculpido por las olas.
Quienes viajan a Jeri en julio, durante las vacaciones de invierno de los países de la región, no deben perderse un espectáculo único: en esa época el sol se pone justo en el hueco de la roca, que crea un marco perfecto para el atardecer.
La región rocosa empieza hacia el oeste, en una playa con muchas olas donde se practican el surf, el topless y el nudismo.
Allí, hay otras formaciones rocosas de morfología curiosa, además de cavernas y piscinas naturales. La caminata vale la pena, aunque es conveniente ir acompañado de alguien que conozca la zona, porque el camino sólo existe mientras la marea está baja: cuando el mar sube llega hasta el Serrote, una sierra de 100 m. de altura cubierta de vegetación.
Sobre esa elevación se encuentra el Faro de Jericoacoara, el lugar ideal para ver nacer la luna y el sol sobre el mar. Por su ubicación en el extremo norte del estado de Ceará, Jericoacoara es una de las pocas playas de Brasil continental desde donde este espectáculo es posible.
Dunas y lagunas de Jericoacoara
Los que salgan hacia el oeste podrán descubrir una bella extensión de palmeras que está siendo enterrada por la acción de las dunas móviles.
A 5 km. está Mangue Seco, un pequeño poblado perdido en medio de las dunas donde también hay una laguna de aguas dulces.
Un poco más lejos está Guriú, una comunidad de pescadores que marca el límite del Area Protegida, y por donde cruzan en una pequeña balsa los buggys que van a Tatajuba.
Los paseos pueden llegar hasta la laguna Azul, una de las postales más famosas del destino, donde vale la pena zambullirse por algunas horas mientras se disfruta de un almuerzo especial.
Otra alternativa es la laguna del Paraíso, de 12 km. de extensión, cercada de dunas e impresionante por la transparencia de sus aguas.
Un paseo original es el que lleva a conocer Tatajuba, un pueblo de pescadores que fue cubierto por la arena de las dunas y vuelto a construir justo enfrente, en la otra orilla del río. Sus habitantes siempre están dispuestos a contar las fantásticas historias que lograron desenterrar de la arena.
Cómo llegar a Jericoacoara
Jericoacoara está a 300 km. de Fortaleza, capital del estado de Ceará. Desde allí se puede llegar en bus, auto, avión o helicóptero.
Las opciones más frecuentes son excursiones y buses regulares que llegan hasta Jijoca. Desde allí hay servicios en buggys o camionetas 4x4.
El destino tiene posadas de todos los niveles, desde económicas hasta alojamientos boutique de gran belleza y con todas las comodidades,
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